El market-share de México en inversiones E&P: indicador clave del éxito del nuevo modelo

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La producción y la inversión petrolera en México desde una perspectiva global

Como país, hemos pasado mucho tiempo analizando la dirección del ritmo de producción de gas y petróleo en nuestro país. Es un hecho ampliamente difundido que, desde que Cantarell comenzó a declinar en 2004, la producción de crudo ha caído en más de 40 por ciento.

Sin embargo —quizá por la inercia estructural— hemos invertido menos tiempo insertando esta información en un contexto global. La realidad es que, mientras la producción mexicana se encogió, la global incrementó. Por lo tanto, desde 2004, la participación de mercado (market-share) de la producción mexicana cayó de una forma aún más pronunciada: en más de la mitad, de 4.7 a 2.3 por ciento.

El análisis equivalente de las inversiones es un poco más complejo, porque registra algunos altibajos. Pero apunta en la misma dirección. Entre 2004 y 2014, Pemex prácticamente duplicó el ritmo de sus inversiones, de 8 a 16 mil millones de dólares por año. Esto implicó un esfuerzo enorme: en el mismo periodo, la deuda total de Pemex casi se duplicó, pasando de 40  a 76 mil millones de dólares, de acuerdo con los reportes 20-F de cada año. A pesar de este esfuerzo, las inversiones de Pemex en exploración y producción (equivalentes a las de México bajo el modelo antiguo) disminuyeron significativamente respecto a las globales, pasando de 3.6 por ciento a sólo 2.5 por ciento, como se muestra en la Figura 1. Dicho de otra forma, el market-share global de Inversión de Capital (CapEx) del sector energético mexicano se ha contraído, aún mientras la deuda para sostener las inversiones creció dramáticamente.

Figura 1: Market share de inversiones y producción en exploración y producción de México

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos reportados por Financial Times.

Pesimismo bajo el modelo anterior; optimismo bajo el nuevo

Desde la perspectiva del modelo energético anterior, el panorama que estos datos pintan sería poco alentador. De acuerdo con los datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se necesitan 640 mil millones de dólares de CapEx en exploración y producción (E&P) en México de aquí a 2040 para romper con la inercia y regresar a la senda del crecimiento. Esto requiere inversiones anuales promedio de 26 mil 600 millones de dólares. Como referencia, entre 2004 y 2014, el promedio fue de 12 mil millones de dólares, menos de la mitad (p.21). Con un market-share de producción (y, de hecho, la propia producción) a la baja y niveles de deuda claramente a la alza, las posibilidades de financiar un crecimiento tan marcado en las inversiones de exploración y producción —bajo el esquema anterior— son muy bajas.

Afortunadamente, el nuevo modelo energético mexicano identificó tanto valor estratégico en el sector petrolero que lo situó más allá de los alcances del capital y capacidad de endeudamiento de Pemex. Hoy, nuestro país está en posición para competir por un pedazo del capital global que año con año se invierte en exploración y producción. Desde esta perspectiva global, no se necesita un crecimiento atropellado en la inversión de Pemex sino la  estabilización de un indicador clave para los nuevos tiempos del sector petrolero mexicano: el market-share global de CapEx en E&P de México. México no necesariamente necesita endeudarse para explorar y producir, sino competir y ganar consistentemente en la atracción del capital petrolero global.

La misma AIE estima que las inversiones requeridas en E&P de aquí a 2040 alcanzarán 26 mil 400 billones de dólares a nivel global. Es decir, si México quiere alcanzar las metas trazadas, necesita atraer un 2.4 por ciento de las inversiones globales de exploración y producción durante los próximos 24 años.

Crecimiento y restructura en las inversiones

Por una parte, esto implica crecer. Después de la sacudida de los mercados por la caída de los precios del petróleo, la inversión en E&P en México sólo ha representado 1.9 por ciento respecto a la global. Esto implica que, como resultado de este shock, la inversión en México disminuyó más que la inversión global.

México necesita recuperar 50 puntos base en su market-share global (visto desde otra perspectiva, tiene que crecer su posición actual en 25 por ciento). Si consideramos que, hacia adelante, la AIE estima un crecimiento importante en las inversiones globales en E&P, el crecimiento que esto implica en términos absolutos no es marginal sino exponencial. Esto implica crecer de alrededor de 9 a más de 26 mil millones de dólares por año (porque las inversiones globales en E&P, también de acuerdo con la AIE, van a crecer).

Por la otra, implica repensar la estructura de asignación de capital (capital allocation). Pemex tiene las herramientas para desarrollar proyectos mientras trabaja en aliviar sus niveles de endeudamiento — lo cual también incrementa el potencial de atracción de inversiones. El JV de Pemex con BHP para desarrollar Trión es un gran ejemplo. Los 11 mil millones de dólares que se van a invertir para poder producir hidrocarburos representan más del total de inversiones anuales de Pemex en exploración y producción durante los últimos dos años. Sin embargo, será BHP el que invierta la mayoría del capital (y, por cierto, el Estado el que reciba la mayor parte de la utilidad a través del government take). Dicho de otra forma, Pemex podrá conservar una participación muy significativa en el proyecto (40 por ciento) sin hacer un esfuerzo tan grande de despliegue de capital.

En suma, hay motivos para conservar el optimismo—aun cuando la estructura histórica de inversiones petroleras en nuestro país da señales de ser insostenible de cara a los objetivos de crecimiento. Pero, si queremos recuperar market-share de inversiones que eventualmente apuntale nuestro market-share de producción, tenemos que hacer algo que nunca hemos hecho antes: competir y ganar en el entorno global, en el mercado mundial de inversiones petroleras.

Esta semana también exploramos algunas ideas sobre el perfil que tiene la industria internacional después de recuperarse de la caída en los precios del petróleo y señalamos algunos retos que tienen las licitaciones petroleras.

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