Es cierto: el impacto del nuevo modelo energético sólo se puede sentir por completo en el largo plazo. Pero esta forma de pensar nos hace creer que estamos a muchos años de distancia de empezar a ver un impacto real. Esto último, como los números nos demuestran, no es cierto.
Fieles a nuestro estilo, esta semana nos echamos un nuevo clavado en los montos de inversión. Descubrimos que, tan sólo en 2018, los contratos (rondas, asociaciones y migraciones) ya representan unos 1,700 millones de dólares de inversión. En 2019 y 2020, van a andar en el mismo orden de magnitud (o más, pues se podrían gestar nuevos planes de desarrollo). Es un enorme contraste con los 5 millones de dólares por año con los que arrancó este motor en 2015, como lo muestra esta gráfica.
Datos en millones de dólares por año. Fuente: CNH
Es fácil pensar que la actividad de los privados es la única que se ha incentivado. Pero los datos sugieren algo distinto. Las inversiones en campos migrados como Ek-Balam se ha potenciado muy significativamente– multiplicándose por más de 10 respecto al ritmo previo a la migración.
En cualquier caso, aunque hay un claro repunte en la actividad, aún falta mucho. De los 24 años que teníamos para alcanzar la ya famosa meta de la Agencia Internacional de Energía (AIE) de 640 mil millones de dólares de inversión, ya consumimos 3 años, que representan el 12.5 por ciento del tiempo. Pero llevamos apenas el 4 por ciento de las inversiones totales.
Vamos 50 mil millones de dólares atrasados (respecto del promedio anual). Para recuperarnos necesitamos, por una parte, esperar a que algunos de los proyectos exploratorios sean exitosos y se vuelvan polos de desarrollo de gran calado. Por la otra, como explicamos la semana pasada, necesitamos continuidad: más rondas, asociaciones y migraciones.
En nuestro espacio de opinión tenemos de vuelta a Daniel Hau, ingeniero pretrolero del ITESCO, quien inauguró el año pasado las colaboraciones de estudiantes del sector energético. En esta ocasión, Daniel rompe el mito entre los mismos estudiantes de que petróleo es para los ingenieros. En este sector se necesitan también abogados, economistas, comunicólogos, sociólogos, arquitectos… en fin. Hay espacio para todos.
Por si te lo perdiste
- Ayer comentamos el reporte de seguridad energética que publicó el Global Energy Institute donde México ocupa el 4º lugar. Un análisis de lo que implica estar en este lugar lo pueden encontrar en la nota de Karol García, de El Economista. Para complementar la discusión, no se pierdan nuestro más reciente #PulsoIMCO con Manuel Molano, director general adjunto del IMCO.
Estamos conversando sobre el sector energético. ¡Participen con nosotros comentando y mandando sus dudas! https://t.co/G645FNeTDY
— Pulso Energético (@PulsoEnergetico) 25 de junio de 2018
Gracias por leernos.
Pablo