¿Nos están cambiando el mapa?
En 2013, el IMCO afirmó que “nos cambiaron el mapa”. A 5 años de su inicio, se refería a la revolución shale y su impacto en recalibrar el balance energético global.
La segunda derivada de esta revolución (aunque no es exclusiva al impacto del shale) son precios más bajos por más tiempo (“lower for longer”).
Las primeras rondas de exploración y extracción de hidrocarburos se dieron en un entorno donde el nivel de precios limitaba aún más la inversión global en exploración y producción –haciendo de la competencia entre países una realidad más tangible que nunca.
Pero también lo hicimos en un entorno donde Brasil y Estados Unidos, frecuentemente señalados como nuestros principales competidores para atraer inversiones costa afuera, no estaban jugando con el equipo titular. Después de décadas de explorar y producir en la costa del Golfo, Estados Unidos estaba batallando por mantener atención e inversión (sobre todo de cara a la emoción por su propio shale). Brasil se había puesto a sí mismo el pie con la serie de políticas nacionalistas que Lula da Silva inició en 2010. De haber continuado, Brasil hubiera quedado fuera de las grandes ligas.
De Brasil ya hemos hablado en Pulso. Pero de Estados Unidos prácticamente no.
Hoy, Estados Unidos está a unos días de que su reforma fiscal se apruebe por completo, transformando, entre otras cosas, su impuesto sobre la renta de 35 a 20-22 por ciento. El resultado para exploración y producción es que el “government share”, de acuerdo con datos de WoodMackenzie, se redujo en más de 10 puntos porcentuales, de aproximadamente 58 a 47 por ciento. Esto implica que el costo fiscal de operar en el golfo de México (en la parte de Estados Unidos) es más bajo que el de Canadá, Colombia, México y Brasil.
Sería consuelo de tontos señalar que Brasil sigue siendo fiscalmente más caro. Con sus recientes reformas y el tamaño de sus recursos petroleros, las recientes rondas petroleras dejaron más que claro que la industria lo considera una excelente oportunidad.
Una vez más nos están moviendo el mapa de competitividad (el análisis puede consultarse aquí). Como KPMG explicó recientemente, “exploración y producción se ha vuelto un negocio ‘de márgenes’, con presión implacable sobre el costo unitario y competencia global por capital”.
Nos quedamos con la frase de Pablo Medina de WoodMac. “’Your turn/seu turno’, nos dicen desde DC y Brasilia”.
Nuestros invitados en la sección de opinión de hoy, Oscar López Velarde y Marco Portillo, del despacho Ritch, Mueller, Heather y Nicolau, también se preguntan si tenemos que hacer ajustes, sólo que desde otra perspectiva. Su análisis de ‘bancabilidad’ de los contratos de E&P vale mucho la pena.
Por si te lo perdiste
- El Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales presentó su análisis México ante el Espejo donde contrasta el proceso de apertura del nuevo modelo energético contra otras aperturas que se han dado en el mundo. Lectura muy recomendada.
- La Comisión Nacional de Hidrocarburos tuvo dos eventos relevantes esta semana:
- Por un lado, firmó 20 contratos de los concursos 2 y 3 de la Ronda Dos.
- Por otro, terminó la licitación del farmout de Pemex en los campos Nobilis-Maximino por falta de participantes.
- ¿Por qué pasó? Platicamos con Susana Saenz, de El Financiero Bloomberg TV en su programa Ganadores y Perdedores. Les dejamos el video.
- Luis Valle, de Reforma / El Norte, publicó que entre 2017 y 2020 los campos adjudicados en las primeras 3 convocatorias de la Ronda Uno requerirán una inversión de 826 millones de dólares en bienes y servicios.
- En una estrategia para manejar su portafolio petrolero, el consejo de administración de Pemex resolvió regresar 3 áreas al Estado por bajo potencial y alto riesgo. Son las áreas de Joachín, Tesechoacán y Kanan. En el mismo documento, el Consejo también detalla el plan de migración de la asignación Misión a un contrato de exploración y producción.
Gracias por leernos.
Pablo
pablo.zarate@pulsoenergetico.org