Metámosle energía al Plan Nacional de Desarrollo

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El Plan Nacional de Desarrollo es el documento más importante de cualquier administración por que en él se plasmarán las prioridades de desarrollo para los siguientes 6 años. El sector energético tiene un papel muy importante que cumplir para alcanzar estas metas ya que es a través de su desarrollo que otras áreas productivas pueden alcanzar sus objetivos.

Para que el sector energético tenga un buen desempeño en los siguientes años el PND debe establecer metas claras y trazar rutas definidas en todos los eslabones dentro de la cadena. En el sector petrolero se necesitan definir cómo vamos a desarrollar los recursos que ya se han encontrado; cómo sostenemos la producción en el corto plazo y la incrementamos en el largo plazo; cómo sostenemos la actividad exploratoria y complementamos los esfuerzos de Pemex; cómo utilizamos los beneficios económicos de la industria; cómo aprovechamos la derrama económica para potenciar a las empresas de servicios y generar empleos de alta calidad; cómo aprovechamos la experiencia internacional tanto para adoptar nuevas prácticas internacionales como para generar tendencias en el mundo; cómo mantenemos una regulación fuerte pero a la vez eficiente y equilibrada…

El PND debe atender estos retos y, por ello, aquí proponemos los 10 objetivos que debe tener este documento para asegurar que alcanzaremos las metras que tanto Pemex como el gobierno federal ya han trazado en el último año:

 

  1. Acelerar el desarrollo de las áreas que hoy están sub exploradas

El potencial petrolero del país en el largo plazo está en regiones como aguas profundas y yacimientos no convencionales, donde la actividad exploratoria ha sido limitada y se ha desarrollado lentamente en la última década.

Esta sub exploración de áreas se refleja en el conteo de reservas petroleras. Apenas una fracción de los recursos en aguas profundas y yacimientos no convencionales, representan una fracción de las reservas 2P y 3P del país.

La presencia de las empresas petroleras ha ayudado a acelerar la exploración, al menos, en aguas profundas. 28 pozos de los 136 que se en los contratos petroleros, serán perforados donde los tirantes de agua del Golfo de México tienen más de 500 metros de profundidad.

Aunque la actividad ya comprometida es muy importante, aún hay más de 105 mil kilómetros cuadrados de áreas en aguas profundas y 53 mil kilómetros cuadrados en yacimientos no convencionales que tienen un potencial importante para desarrollar, pero carecen de un operador que los esté explorando.

Acelerar la exploración de estas áreas es fundamental para agregar nueva producción en el mediano plazo, detener la caída en la producción petrolera e, incluso, incrementarla en el largo plazo.

 

  1. Aprovechar las asociaciones público/privadas para acelerar la exploración y producción de hidrocarburos

Las asociaciones público-privadas que ya se han desarrollado, han resultado en menores riesgos económicos para el Estado, un proceso acelerado de aprendizaje para Pemex y una mayor exploración de los recursos petroleros del país.

A partir de las asociaciones —que son  un tanto diferentes a las que se han realizado en forma tradicional en otros sectores— que ha formado Pemex con otras compañías, tanto en aguas profundas como en campos de aguas someras, la empresa ha tenido ahorros por 7 mil 332 millones de dólares. Además, tiene acceso a tecnología y a capital que habría tardado en desarrollar o en obtener.

Sin embargo, esta no es la única ventaja de las asociaciones. Como lo explicó EY, las asociaciones reducen el riesgo que corren las empresas y la exposición a que los proyectos no sean productivos; tienen acceso a áreas y a recursos donde antes no tenían oportunidad, mejoran su posición de mercado, aprovechan mejor la cadena de suministro, entre otras ventajas.

Al igual que en la propuesta anterior, las APPs complementan la actividad de Pemex en áreas que hoy están subexploradas sin presionar las finanzas ni de la empresa ni del Gobierno federal, además de que incorporan mecanismos de transferencia tecnológica y conocimiento sobre las cuencas.

 

  1. Mantener las licitaciones anuales para sostener una actividad complementaria a la de Pemex en el desarrollo del potencial petrolero de México y asegurar un crecimiento económico.

Las inversiones y las olas de actividad que se han alcanzado a partir de los contratos petroleros son un complemento al desarrollo de Pemex. Los pozos perforados y los comprometidos en el largo plazo, las inversiones de más de 3 mil millones de dólares en exploración superficial, las inversiones de mil 200 millones de dólares en las áreas que operan bajo un contrato y el incremento en la actividad petrolera en campos maduros, son ejemplos de los beneficios que se han generado a partir de las licitaciones.

Sin embargo, esta ola de trabajo podría tener un fin si no hay nuevas rondas o nuevos contratos que retomen esta actividad hacia adelante.

Como lo explica el Plan Quinquenal de Exploración y Producción y el análisis que elaboramos la semana pasada, más del 50 por ciento de las áreas con potencial petrolero del país no tienen un operador que desarrolle su potencial.

 

  1. Mantener una regulación fuerte, eficiente y equilibrada para sostener en impulsar el desarrollo del sector petrolero.

Los órganos reguladores, como árbitros de los mercados energéticos, tienen un papel fundamental en el sector petrolero. Las decisiones que tomen los órganos reguladores influirán directamente en la calidad de la actividad que se desarrolle. Es por esto que México necesita mantener una regulación fuerte que ponga los incentivos correctos para detonar nueva actividad competitiva, segura y eficiente; corrija las distorsiones en el mercado; equilibre los intereses de todos los distintos actores para encausarlos en mayor actividad y un mejor aprovechamiento de los recursos con los que cuenta el país.

La fortaleza institucional de los órganos reguladores es un elemento vital para asegurar que el sector energético contará con todos los elementos suficientes para abastecer ágilmente al país de los recursos que el país demanda para sostener su crecimiento en el largo plazo.

 

  1. Expandir la infraestructura energética para aprovechar la derrama económica de la industria petrolera, profesionalizar al país y generar hubs energéticos.

El desarrollo de la industria petrolera, particularmente en un escenario de mayor producción, requerirá de empresas que puedan proveer de servicios e infraestructura especializados.

Hoy México cuenta con un importante grupo de empresas que ya atienden la demanda actual de bienes y servicios con mano de obra especializada, desde la elaboración de estudios especializados hasta la construcción de plataformas. No obstante, esta oferta actual podría ser insuficiente si la producción crece a los ritmos que prevé la nueva administración.

A partir de la nueva actividad petrolera, nuevas empresas mexicanas podrán surgir en México para atender las demandas futuras de la industria petrolera. Existe la oportunidad de tecnificar aún más tanto a los actuales contratistas y desarrolladores de infraestructura como a las nuevas empresas que surjan, para ofrecer productos más sofisticados y con un mayor valor agregado. Esto con el objetivo de captar un mayor porcentaje de la derrama económica que genera el sector petrolero.

El impulso a las empresas tiene el beneficio adicional de crear hubs de desarrollo, como lo son hoy los puertos de Altamira, Tuxpan y Dos Bocas.

 

  1. Decantar hacia las comunidades locales el beneficio que genera la industria petrolera y aprovechar los recursos adicionales en nuevas inversiones de beneficio social.

Además del desarrollo que puedan tener las empresas especializadas del sector energético, la nueva actividad petrolera tendrá un impacto en las comunidades locales donde opera. Como lo hemos visto en el pasado, cuando una nueva región petrolera inicia producción, la demanda de servicios asociados (hotelería, alimentación, transporte, entre otros) crece exponencialmente, generando una cadena de valor que se traduce en empleos directos e indirectos y expandiendo la derrama económica.

Una actividad petrolera sostenida, incremental y con miras en el largo plazo mantendrá este efecto económico, igualmente, en el largo plazo.

Hacia los Estados y Municipios, esta actividad adicional se traduce en nuevas fuentes de ingresos que, con una correcta administración, puede traducirse en infraestructura nueva (escuelas, hospitales, mejores vialidades, inversiones productivas) que mejore la calidad de vida de sus habitantes.

 

  1. Aprovechar la fuerza de la industria de hidrocarburos para apoyar la transición energética

La industria petrolera desempeña un papel importante en la transición energética hacia combustibles en menor impacto ecológico. Tal es el caso del gas natural que tiene una huella de carbono muy baja en comparación con el uso de combustóleo o carbón en las centrales eléctricas.

Una mayor producción de gas natural incrementaría la oferta de este combustible para el sector eléctrico, reduciendo su impacto en el medio ambiente. Además, cabe destacar que las centrales eléctricas que operan con el consumo de gas natural (ciclo combinado), tienen una mayor eficiencia en el uso del combustible que otras centrales que operan con combustóleo, coque de petróleo o carbón.

 

  1. Atraer la experiencia internacional a México para el desarrollo de yacimientos

México hoy está incursionando en áreas petroleras que en el mundo tienen décadas en desarrollo, como es el caso de aguas profundas y los yacimientos no convencionales.

En ambos casos, la experiencia internacional, atraída a través de las rondas petroleras y de las asociaciones de Pemex con otras compañías, nos permitirían acelerar la curva de aprendizaje y desarrollar más rápido los yacimientos que se descubran en estas áreas.

Las empresas que han participado en las licitaciones tienen experiencia probada (esto fue acreditado tanto por la Secretaría de Energía como por la Comisión Nacional de Hidrocarburos en cada licitación) que se puede aprovechar para avanzar a pasos agigantados hacia el descubrimiento y desarrollo de nuevos yacimientos.

 

  1. Aprovechar la cooperación internacional con la industria energética global

En los últimos años México hizo un esfuerzo por ser un miembro más activo dentro de la comunidad energética global. A partir de estos espacios, México tiene la oportunidad de ser un actor más influyente en las decisiones que se toman entre los países miembro de estas organizaciones; aprender de experiencias internacionales en el manejo de los recursos energéticos con los que cuenta y su transformación en herramientas de desarrollo nacional.

Al mismo tiempo, el mundo podrá aprender de las experiencias de México en el impulso de su sector energético y aprovechar las lecciones aprendidas para atender los retos globales más importantes.

 

  1. Mantener y mejorar los estándares internacionales de transparencia y seguridad industrial

A partir de la colaboración internacional, México hoy tiene estándares de transparencia y de seguridad industrial que establecen estándares mínimos de reporte de ingresos, uso de recursos y de operación con base en las mejores prácticas internacionales.

La aplicación de estas medidas tiene como efecto la obtención de la licencia social para operar, fomentar la competitividad, corregir distorsiones en los mercados y mejorar la toma de decisiones tanto de las personas como de los gobiernos.

Mantener los esfuerzos de transparencia y los compromisos ya adquiridos sostendrá esta imagen responsable, tanto de la industria petrolera como de México en conjunto, ante la comunidad internacional.

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