Entre los que estamos cerca del sector petrolero, 2004 es un año famoso. Es un punto de quiebre: el último año en que creció la producción de crudo de nuestro país, para superar los 3.4 millones de barriles diarios.

Cuando consideramos el factor poblacional, sin embargo, la historia es un poco diferente. Desde la perspectiva per cápita, a partir de los años 80 y hasta la primera parte de la década de los 2000, la historia no es una de crecimiento sino de mantenimiento. Cuando íbamos a la alza, nos costó desligar la producción de petróleo del crecimiento poblacional. Cuando la producción ha bajado, el crecimiento de la población —hasta ahora siempre positivo— ha agravado el problema. (Para ver una reflexión histórica interesante sobre la evolución de la producción petrolera, la economía y la población, te recomendamos el capítulo 1 de Agenda 2040: Transformando a México de la Amexhi).

Hacia adelante, los datos de CONAPO sugieren que, tan solo para mantenernos como estamos, nuestra producción tendría que incrementar en 17 por ciento para 2040. Es decir, el escenario de “no reforma” de la Agencia Internacional de Energía (AIE), aunque plantea una producción en 2040 ligeramente inferior a la de ahora, representaría un encogimiento significativo: de más de 12 por ciento en términos per cápita. En 2017, como señalamos en nuestro análisis, produjimos 5.8 barriles por persona. Sin reforma, en 2040 caeríamos a 4.3.

Las buenas noticias son que ahí no se quedó la historia. Las “nuevas políticas” (el nuevo modelo, en el vocabulario de la AIE) harían que el número de barriles per cápita no sólo no caiga sino repunte por primera vez en más de 3 décadas, de 4.3 a 7.

Específicamente, las nuevas políticas generarían 2.7 barriles per cápita más al año – unos 11 barriles por familia por promedio. Con precios y tipo de cambio actuales, esto significa, un promedio de unos $12,626 pesos adicionales al año por familia.

Para ser claros, no es una “renta”. Como todo lo que vale la pena en la vida, hay que trabajar invertir y cubrir costos para obtenerla. Pero representa un enorme beneficio para México – algo que, sin nuevo modelo, no pintaría en el mapa.

Esta semana David Enríquez y Erika Roldán, abogados de Goodrich and Riquelme, nos comparten su visión sobre un tema poco abordado: la adhesión de México al CIADI, el cual es un organismo en Washington DC que tiene la finalidad de solucionar diferencias entre Estados e inversionistas de diferentes nacionalidades. Esta adición servirá de contrapeso para evitar abusos de poder.

Por si te lo perdiste

• Felicidades a Pemex en su aniversario 80! Sin duda fue una de las celebraciones más importantes de esta semana. Si quieren revivir la ceremonia, la pueden consultar aquí.

• En MORENA hay una disputa interna sobre los contratos petroleros. Esta semana Francisco Taibo II aseguró que uno de los pilares ideológicos del partido será dar marcha atrás con las nuevas rondas de licitación. Después de esta declaración, ayer Andrés Manuel López Obrador dijo que de ganar las elecciones del 1 de julio, al día siguiente tratará con Enrique Peña Nieto el tema para evitar el otorgamiento de más contratos.

• En otros temas, Sener publicó nuevamente las reglas de unificación de yacimientos, las cuales las pueden consultar aquí

• También, Secretaría de Relaciones Exteriores presentó en Cofemer un anteproyecto para discutir una ampliación a la adhesión de México al Fondo Internacional de Indemnización de Daños Debidos a Contaminación por Hidrocarburos.

Gracias por leernos.

Pablo

Pablo.zarate@pulsoenergetico.org