Cuando vemos la producción petrolera de México, invariablemente recurrimos a fechas que han sido parteaguas para la industria como es el caso de 2004, cuando la producción comenzó a declinar.
Sin embargo, hay otra forma de ver la historia petrolera y esto es a través del indicador de producción per cápita. Si consideramos que la explotación de los recursos naturales tiene como objetivo traer bienestar a la población, esta métrica cobra relevancia.
Los barriles de antes
Como lo explica la Agenda 2040: Transformando a México (capítulo 1) —que elaboró la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi)— las inversiones realizadas en la última parte de los años 60 y principios de los 70 rindieron sus frutos en 1974 cuando la producción petrolera comenzó a crecer gracias a los descubrimientos de Cantarell y otros campos en el sureste mexicano.
8 años más tarde, en 1982, llegamos a 2 millones 735 mil barriles de crudo diarios o mil 002 millones de barriles anuales. Al cruzar este dato con la población total de México en ese año (72.6 millones de habitantes), encontramos que por cada mexicano se produjeron 13.8 barriles de crudo anuales. Este fue el mayor pico de producción per cápita que se ha registrado en la historia del país.
Con esta métrica por persona, los años 80 y la primera década de los 2000, tuvieron una historia no de crecimiento, sino de mantenimiento pues el volumen por persona tuvo altibajos por más de dos décadas. Finalmente, en 2004 inició su caída constante. Cuando íbamos a la alza, nos costó desligar la producción de petróleo del crecimiento poblacional. Cuando la producción ha bajado, el crecimiento de la población —hasta ahora siempre positivo— ha agravado el problema.
Hoy la producción por cada mexicano es 60 por ciento menor que la de 1982. Al cierre de 2017 se produjeron 5.8 barriles per cápita como se muestra en la Figura 1.
Figura 1: Producción petrolera per cápita
(barriles anuales por persona)
Fuente: GMEC, INEGI, Banco Mundial, Comisión Nacional de Hidrocarburos, Conapo, Agencia Internacional de la Energía.
La población del futuro
Hacia adelante, la población de México seguirá creciendo. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2040 seremos 145.4 millones de mexicanos. Esto implica un crecimiento de 17.8 por ciento sobre el número que registramos hoy.
Para mantener el volumen per cápita de producción petrolera, el sector deberá mantener el mismo ritmo de crecimiento poblacional en el número de barriles que se extraen.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que México tiene dos escenarios de desarrollo: uno donde aplica las herramientas del nuevo modelo energético y otro donde no se implementan. En el primer caso, la producción petrolera podrá crecer hasta alcanzar 2.8 millones de barriles diarios de crudo en 2040; en el segundo escenario, la producción podría caer hasta a 1.7 millones de barriles.
En el escenario donde perseveran las políticas previas a la reforma energética, la producción petrolera caerá 13 por ciento desde su nivel actual hasta llegar al 2040. Si a este número se le agrega el factor poblacional, el desliz es todavía más agudo, de 22.5 por ciento pues sólo se producirían 4.3 barriles de petróleo por cada habitante.
Las buenas noticias son que hay una alternativa. El escenario de la Agencia llamado “Nuevas Políticas (que considera la aplicación de las herramientas del nuevo modelo) harían que el número de barriles per cápita no sólo no caiga sino repunte por primera vez en más de 3 décadas, de 5.2 a 7. Esto, porque llegaremos a producir hasta 2.8 millones de barriles diarios en 2040.
Específicamente, las nuevas políticas generarían 2.76 barriles per cápita más al año – unos 11 barriles por familia por promedio. Con precios y tipo de cambio actuales, esto significa, un promedio de unos $12,626 pesos adicionales al año por familia.
Este escenario representa un enorme beneficio para México, pero para alcanzarlo, necesitamos del nuevo modelo energético para recuperar el rumbo en crecimiento.