Si observamos el número de bloques adjudicados – y el número de pozos comprometidos — contra el potencial total, las Rondas 2.2 y 2.3 fueron un éxito rotundo. 21 de 24 bloques se adjudicaron y 36 de 48 pozos se comprometieron. Las cifras oficiales indican inversiones potenciales de hasta 2 mil millones de dólares y ya se comprometió el pago de $88 millones de dólares en bonos en efectivo, que entran directamente al Fondo Mexicano del Petróleo.

El éxito obtenido, sin embargo, no significa que no haya manera de mejorar aún más los resultados alcanzados. Cuando observamos el número de ofertas que se quedaron sin materializarse, es claro que si bien la subasta encontró oferentes para prácticamente cualquier bloque, muchos oferentes no encontraron la forma de materializar su propuesta de inversión.

En este sentido, vale la pena considerar que un universo más grande de bloques seguramente hubiera logrado dispersar la atención y, bajo un entorno aun altamente competitivo, dar mayores alternativas para concretar inversiones.

En total, si todas las ofertas se hubieran concretado (asumiendo que más áreas hubieran estado disponibles) las compañías en conjunto manifestaron su interés en desarrollar 90 pozos. Las ofertas ganadoras, en contraste, sólo incluyen como compromiso mínimo de trabajo 36 pozos obligatorios.

Estas ofertas que se quedaron “sobre la mesa” tendrán una vía de salida conforme las licitaciones amplíen el número de bloques en cada concurso así como el área de los bloques, como ya sucede en otros países.