Litoteca nacional: clave para una política nacional de hidrocarburos

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En nuestro artículo central de esta semana, explicamos que las decisiones de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) de continuar expandiendo la colección disponible al público de la información del subsuelo y de construir una litoteca nacional genera condiciones de apertura que son indispensables para que haya una auténtica competencia.

Hay otra manera de verlo: en ambos casos, no sólo se trata de difusión de información, sino de la compilación de todos los datos en un solo lugar, bajo un único estándar. Esto no sólo facilita la consulta y el análisis, sino que sienta buenas bases para desarrollar una política pública realmente nacional.

Considera, por ejemplo, el caso de la construcción de una litoteca nacional.

¿Qué es una litoteca?

Como su nombre sugiere, es una “biblioteca” que conserva, entre otros materiales para el análisis geológico, núcleos de rocas —cilindros de rocas obtenidos a través del proceso de la perforación de un pozo petrolero. Los núcleos son herramientas valiosas para analizar las diferentes capas de sedimentos que se perforaron.

Una litoteca también almacena recortes de perforación, tapones y muestras de la producción de los pozos, que aportan información sobre el tipo de hidrocarburo que se extrajo de cada pozo.

Como tal, una litoteca es un recurso clave para los geólogos e ingenieros petroleros en sus esfuerzos por descifrar el subsuelo, encontrar más recursos y buscar la forma más eficiente de aprovecharlos.

Antes de la creación del nuevo modelo energético mexicano, había 4 litotecas situadas a lo largo del país: en Reynosa, Tamaulipas; Poza Rica, Veracruz; Comalcalco, Tabasco y Ciudad del Carmen, Campeche. Esta estructura dispersa se justificaba en la época en que las diferentes regiones petroleras del país se gestionaban y analizaban de forma independiente. Es un esquema aceptable de trabajo cuando una sola empresa está a cargo de la actividad en todo el país.

Sin embargo, hoy se busca expandir las fronteras exploratorias y privilegiar el aprendizaje conjunto a nivel industria. Bajo esta lógica, la información dispersa es un modelo claramente ineficiente. Por el contrario, una estructura nacional, con información concentrada, facilita la comparación directa de la información de diferentes regiones, permitiendo combinar los datos que antes estaban estructuralmente separados para llegar a nuevas conclusiones.

Como tal, la creación de una litoteca de alcance nacional es una buena noticia. Es una muestra más de la alineación a las políticas de los nuevos tiempos.

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