¿Qué hacer para mejorar el crowdsourcing petrolero?

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Hace unas semanas, explicamos que el nuevo Plan Quinquenal de la Secretaría de Energía (Sener), presentado por el subsecretario Aldo Flores, pone un mayor énfasis en las nominaciones de la industria. Mientras revisábamos la información sobre sísmica y data rooms, nos encontramos una cita de Juan Carlos Zepeda, comisionado presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), explicando el concepto en un interesante reportaje de Elisabeth Malkin, del New York Times. El proceso de nominaciones, Zepeda menciona, “es crowdsourcing o pedirle a la industria que te diga qué piensa para tener bases para desarrollar tu estrategia petrolera.

Sin embargo, la industria no siempre está en posición de ofrecer la misma calidad de retroalimentación. ¿De qué depende? Son muchos los factores involucrados, pero hay uno primordial: el acceso a información relevante.

El mismo artículo de Malkin contiene un buen recordatorio de la importancia de tener reglas que privilegien el intercambio de información. De acuerdo con su reporte, en Estados Unidos, una parte de la información ‘bruta’ geofísica y las bitácoras de pozos (logs) se vuelve pública después de dos años. Esto permite que se nutra la inteligencia competitiva de la industria. Como John Snedden lo explicó: “Cuando los fracasos son transparentes, todo mundo aprende. Cuando los éxitos se anuncian, todo mundo aprende”.

Dicho de otra forma: el efecto inmediato del acceso colectivo a información relevante es una curva de aprendizaje acelerada.

Considerando que el crowdsourcing petrolero en México había sido, por definición, inexistente (con una sola compañía operadora bajo el modelo viejo), es importante desarrollar reglas que protejan los derechos intelectuales e incentiven la inversión pero, al mismo tiempo, privilegien el intercambio de información que permita desarrollar un mayor conocimiento geológico de México a nivel industria. A la larga, esto generará más inversiones, más actividad y, por ende, mayor producción.

Hoy, la CNH está trabajando para emitir la regulación que termine de definir las reglas sobre el acceso a la información adquirida en las actividades de exploración y producción, vale la pena voltear a ver el modelo estadounidense y adaptar a México las mejores prácticas. Adoptar un periodo corto  de ‘reserva’ para información bruta garantizaría que se pueda generar aprendizaje colectivo (por los términos contractuales, el menor término sería de dos años). Al mismo tiempo, se debe proteger el análisis de la información, que es propietario y requiere de un periodo de reserva adicional para ser atractivo a la inversión. Encontrar este balance diferenciado en las regulaciones será clave para que el mercado de información geológica en México siga prosperando.

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