Los riesgos de depender de pocos activos

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El problema de abasto de combustibles en México tiene una lección para el sector de Exploración y Producción: la suficiencia de infraestructura de transporte es una medida para determinar la resiliencia de nuestro sector energético con el fin de abastecer las necesidades de los consumidores.

Los cortes en el suministro, como lo demuestra la historia (tanto de México como mundial) demandan la existencia de vías alternas y capacidad de almacenamiento suficiente que permita responder con rapidez y eficiencia sin que esto escale en consecuencias financieras y operativas más grandes. Como lo señaló la ex Jefa de la Unidad de Políticas de Transformación Industrial de la Secretaría de Energía en una entrevista con El Financiero, la situación actual en gasolinas “evidencia que no estamos preparados para resolver el problema de logística de forma alternativa. Un sistema de logística fuerte debería tener redundancia que no tenemos; por lo tanto, la gran lección que tenemos como país de esto, es la importancia que se tiene para que este sistema pueda ser reforzado. Para ser reforzado, las herramientas ya están en el país y son las nuevas marcas”.

 

El aprendizaje de Abkatún-Alfa

Aunque hoy vivimos una coyuntura en gasolinas, en el pasado hemos experimentado cortes similares de petróleo. El caso más reciente es el de la plataforma Abkatún-Alfa en 2015. Una explosión dejó sin operación a este activo por lo cual se tuvo que diferir la producción de varios campos petroleros (Ixtal, Manik y Onel) y cerrar pozos de estos mismos campos. En total, se difirió la producción de casi 220 mil barriles diarios de crudo por esta instalación, los cuales dejaron de exportarse o de enviarse al Sistema Nacional de Refinación.

Aunque Pemex pudo recuperar parte de esta producción al derivar el flujo de petróleo a otros activos, esta situación refrenda la necesidad de contar con activos redundantes y en suficiencia para asegurar el abasto de energía. En el futuro, una disminución drástica en la producción de petróleo no sólo impactaría los ingresos vía menores exportaciones. En línea con los planes de autosuficiencia, una disminución en la producción podría implicar que la dieta para las refinerías sería insuficiente.

 

¿Cómo se enfrentan los choques de oferta y demanda en otros países?

Para enfrentar situaciones similares, distintos países recurren a estrategias combinadas como tener sistemas de infraestructura redundantes y reservas estratégicas. La Agencia Internacional de Energía promueve el almacenamiento de crudo y combustibles para poder atender recortes en el suministro de petróleo. Particularmente, los países-miembro que son importadores netos de petróleo, deben tener al menos 90 días de suministro, almacenados o comprometidos para su entrega. Además, propone estrategias para promover el abasto de combustibles, tanto desde la oferta de más combustibles y los incentivos para ello, como reducir la demanda a través de campañas de persuasión hasta restricciones en el suministro o reemplazo de combustibles, en caso de ser posible.

Estados Unidos es un ejemplo en el manejo de estas reservas estratégicas. En el último quinquenio, el volumen de la reserva estratégica ha sido de alrededor de 600 mil barriles diarios de petróleo almacenados. Esta reserva permitió, por ejemplo, atender el recorte de producción de 2017 causado por el Huracán Harvey. Las afectaciones hubieran sido mucho mayores sin este amortiguador.

 

La diversificación en México

En el sector de exploración y producción, la diversificación de la producción es un factor clave para generar, también, seguridad en el abasto. El accidente de la plataforma Abkatún-Alfa nos demuestra la necesidad de contar con varios campos productivos. Hoy, los 3 campos que conforman el Activo Ku-Maloob-Zaap producen más del 44 por ciento de la producción petrolera nacional. Cualquier interrupción en su producción o de otros campos relevantes del país, genera un choque de oferta que puede afectar sensiblemente la exportación o la refinación de petrolíferos.

Principales campos de producción en México

(miles de barriles diarios promedio de enero a octubre de 2018)

1 Maloob 439.9
2 Zaap 298.7
3 Xanab 122.3
4 Ku 83.7
5 Akal 50.1
7 Homol 45.7
8 Tsimin 23.3
9 Samaria 22.7
10 Sihil 21.6
Total nacional 1,853.28
Fuente: Sistema de Información Energética

 

Desde el lado de la infraestructura, México tiene 38 mil 754 kilómetros de ductos de petróleo y gas natural que fueron construidos cuando la producción mexicana alcanzaba los 3.4 millones de barriles, sin embargo toda la infraestructura de transporte depende de la operación de una sola empresa y está concentrada en las cuencas del sureste y en campos terrestres. Adicionalmente, el volumen de almacenamiento de petróleo no tiene una función de reserva estratégica.

Ductos por región petrolera

Región Marina Noreste 2,058
Región Marina Sureste 1,173
Región sur 9,331
Región Norte 25,076
Distribución y comercialización 1,116
Total 38,754
Fuente: 20-F Pemex 2017 (p. 54)

 

Conforme nuevos yacimientos petroleros inicien producción como parte de las licitaciones petroleras, la infraestructura tendrá que modernizarse para garantizar su integridad, además de los ductos adicionales que tendrán que construirse para aquellas regiones que no tienen producción actualmente, como aguas profundas y yacimientos no convencionales. También se requiere, en aquellos proyectos de almacenamiento de combustibles en puertos, infraestructura redundante a la de Pemex y facilidad para aprobar los permisos ya solicitados. 

Al igual que con la producción petrolera, depender de una sola empresa y un solo activo es un riesgo que implica debilidad en el mundo moderno. Lo que se busca es tener muchas empresas y activos para que, ante cualquier contingencia, se pueda responder de manera apropiada. 

A pesar de estas complejidades, la Secretaría de Energía y el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas) han impulsado estrategias para desarrollar sistemas de almacenamiento en el país, aunque éstos son de petrolíferos y de gas natural. En sus diversas políticas, buscan que el país cuente con inventarios en almacén o licitar proyectos. En el caso de gasolinas, la Política de Almacenamiento Mínimo de Petrolíferos considera que en un inicio se cuente con suministro para, al menos, 5 días de demanda en las distintas regiones de abastecimiento del país para el 2020, la cual se incrementará gradualmente hasta alcanzar los 15 días en 2025.

Sea desde la oferta o desde la suficiencia de infraestructura, la atracción de las inversiones y la generación de competencia entre empresas, son herramientas que favorecen la construcción de infraestructura y fortalecen la seguridad energética.

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