El tiempo es dinero, pero el dinero no siempre es tiempo

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Quizás ya no nos damos cuenta por lo mucho que lo repetimos: decir que el tiempo es dinero es, en el mejor de los casos, ‘sabiduría’ incompleta. Es cierto que perder tiempo cuesta dinero. Y es cierto que invertir de menos en los momentos clave hace que gastemos tiempo.

Pero invertir más dinero no siempre nos regresa el tiempo perdido. No sólo es un tema de organización –que el tiempo nos imponga obligaciones adicionales. También es un tema de secuencia. En el mundo petrolero, los procesos aun cuando pueden acelerarse, llevan su tiempo.

Suena filosófico o abstracto, pero es bastante aterrizado. Estamos hablando de la Ronda Cero y las implicaciones que conlleva el incumplimiento de los compromisos mínimos de trabajo.

La Ronda Cero y los compromisos

En 2014, bajo el marco de la Ronda Cero, la Secretaría de Energía (Sener) le otorgó a Pemex 108 asignaciones de exploración para buscar nuevos yacimientos y asegurar la producción futura de petróleo. La condición fue que, en un periodo de 3 años —con posibilidad de prorrogarse por 2 años más— la empresa cumpliera un programa mínimo de exploración.

Este año se cumplieron los primeros 3 años de la Ronda Cero y, aunque hubo buenos avances, se quedaron cortos en los objetivos. De las 103 asignaciones —las otras 5 fueron migradas a contratos petroleros, están en amparos legales o no fueron solicitadas para prórroga— sólo en 36 el programa de trabajo se completó al 100 por ciento. En las 65 restantes, el avance no llegó a cumplir los mínimos requeridos.

Sener, tomando en cuenta la opinión de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), decidió otorgar la prórroga de 2 años para completar el trabajo que quedó pendiente. Si la empresa no cumple con la actividad de los Planes, entonces deberá devolver las áreas al Estado mexicano, como señalan los títulos de asignación y Sener. La decisión implica darle a Pemex 66 por ciento más tiempo para realizar el trabajo pactado. Sin embargo, sería injusto culpar a la gestión Pemex por el retraso.

La brecha entre lo que necesitamos y lo que tuvimos

El tipo de cambio peso-dólar, un factor muy importante para cuantificar el poder adquisitivo de la inversión petrolera, es el principal culpable del rezago en cumplir las metas.

Si observamos las cifras en pesos, podemos pensar que la empresa invirtió más de lo que se le exigía. En el análisis inicial de la Ronda Cero, en 2014, el compromiso mínimo de inversión ascendió a 105 mil millones de pesos entre 2014 y 2017 para completar los programas de trabajo que consiste en estudios de sísmica, interpretación de datos, perforación de pozos, entre otras actividades. De acuerdo con las cifras oficiales, las inversiones sumaron 116 mil millones de pesos, un poco más de lo pactado.

Sin embargo, la cifra original (al tipo de cambio de 2014) implicaba una inversión de 7 mil 914 millones de dólares. Convertir las cifras de inversión anuales a dólares resulta en que la inversión real fue solamente de 6 mil 500 millones de dólares, mil 400 millones de dólares menor a lo planeado.

Las cifras pueden sonar relativamente pequeña. En este espacio, hemos hablado repetidamente de inversiones anuales de varios miles de millones de dólares por año.

Es una buena oportunidad para recordar que la fase de exploración (en la que se busca ‘descubrir’ yacimientos en zonas con recursos prospectivos) requiere, generalmente, menos inversiones que la fase de desarrollo (en la que se construye la infraestructura necesaria para la extracción de los recursos descubiertos). Como ejemplo, en 2018, la inversión destinada a desarrollo y producción alcanzaría los 270 mil millones de pesos, según la propuesta de Presupuesto de Egresos, mientras que la inversión destinada a exploración sería de 26 mil 360 millones.

Estos mil 400 millones de dólares equivalen al presupuesto total de 2018 que está previsto en el Presupuesto de Egresos de Pemex Exploración y Producción para la búsqueda (exploración) de nuevos yacimientos.

Los retos

Destinar todo el presupuesto de exploración a resarcir los atrasos en el cumplimiento del plan de trabajo puede sonar razonable para recuperar el tiempo perdido. Pero conlleva una serie de implicaciones que pueden alejar a Pemex de un plan estratégico más profundo, que privilegie las mejores oportunidades.

Si Pemex destina buena parte de su presupuesto para desarrollar los compromisos pendientes, entonces enfocaría su atención en áreas como yacimientos no convencionales (lutitas o shale) y en bloques de gas que, como señaló la comisionada de la CNH, Alma América Porres, son las áreas donde el marco regulatorio tuvo más demoras. (Para más detalle, visita nuestro artículo Tiempos Regulatorios). A su vez, Pemex necesitará detonar un mecanismo para invertir en las áreas donde ya cumplió el programa de trabajo (que están ubicados en aguas someras de gran prospectividad o en aguas profundas, principalemte) como las asociaciones.

Pero, aun cuando en un solo año Pemex decidiera invertir este dinero al 100 por ciento en los planes de trabajo pendientes, habría retos significativos.

Una de estas actividades es la perforación de pozos. Datos de la CNH indican que la empresa perforó 79 de los 134 pozos comprometidos. Esto significa que está perforando, en promedio, 26 al año.

Para cumplir con el plan de trabajo, tendría que perforar 55 en los próximos años —3 más de lo que su promedio anual por dos años completos le permitiría. Claro que hay que considerar que la actividad exploratoria de Pemex se ha concentrado en aguas profundas, donde los costos exploratorios son significativamente más altos. En este sentido, la meta puede ser viable. Sin embargo, el hecho de que Pemex haya escogido privilegiar la actividad en aguas profundas justamente demuestra que es lo que la empresa considera óptimo para su portafolio exploratorio —y que buscar cumplir con los planes los próximos años la desviaría de ese trayecto.

Otro caso aún más pronunciado es el de la adquisición de sísmica 3D donde cada año se realizan estudios en 527 kilómetros cuadrados y hay un faltante de mil 800 kilómetros en el programa de trabajo de la petrolera a desarrollar durante el periodo de prórroga.

La alternativa

Los números pueden sonar desalentadores, si es que Pemex tuviera que realizar todo el trabajo como lo ha hecho históricamente, por sí sola. Pero, afortunadamente, ese modelo ya se extinguió y hoy Pemex tiene más opciones.

Una buena alternativa para cumplir con los programas, como señalaron distintos comisionados de la CNH cuando discutieron la recomendación de la prórroga, es acelerar los procesos de asociaciones:

“Es necesario que la Secretaría de Energía y Pemex reconozcan que ese plazo (de 2 años) va a ser insuficiente y, de ahí, que Pemex requiere utilizar los recursos que le da la reforma energética: poder tener asociaciones, los llamados Farmouts. Es necesario que Pemex utilice las herramientas de la reforma energética para multiplicar sus capacidades de ejecución y financieras, pues de otra forma se ve muy difícil que Petróleos Mexicanos pueda, aún con el plazo de 2 años, poder llevar a cabo todas las actividades en todas las áreas”, explicó el comisionado presidente de la CNH.

Hoy, Sener estima que estas asignaciones contienen el 68 por ciento de los recursos prospectivos del País, representan un ingreso mensual para el Estado de 125 millones de pesos (por el pago de impuestos y derechos) y una inversión de 40 mil millones de pesos. Estas áreas, de acuerdo con Sener, no se podrán adjudicar en menos de dos años a través de licitaciones, lo cual retrasará la captación de inversión y, con la extensión para explorar, las asignaciones están en condiciones más equitativas con los contratos petroleros, los cuales contemplan periodos de entre 5 y 8 años de exploración, mientras que Pemex tendrá 5 para desarrollar todas las actividades.

Recordemos que el dinero no siempre puede comprar tiempo

Estos números la necesidad de asegurar más asociaciones que promuevan la inversión.

No hay que perder de vista que las menores inversiones de los últimos 3 años se pueden contrarrestar por completo en términos aritméticos con mayores inversiones durante los próximos dos. Pero, de la misma forma, el tiempo perdido por la menor inversión no puede recuperarse al cien por ciento. Hay que apurarnos.

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