El modelo energético mexicano podría ser útil para Pejenomics

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Aunque por estructura y naturaleza no califica para la lista de best-sellers, esta semana vimos un documento entrar a la lista de los temas más comentados. La iniciativa Abre Más Los Ojos, plataforma de acción política y divulgación de la campaña de Andrés Manuel López Obrador, presentó un documento para explicar en términos más sencillos la lógica económica detrás del Proyecto Alternativo de Nación 2018.

El documento se llama Pejenomics. A estas alturas del partido, no debería sorprender que plantee un cambio significativo en el plano económico. Pero si llama la atención que muchas de las ideas planteadas, o en general o para sectores específicos, se plantearon o lograron a partir de la creación del nuevo modelo energético mexicano.

Pejenomics propone acciones en varios ejes: reactivar la economía, ampliar el número de actores en el sector económico, aplicar una política de cero incrementos a los impuestos y a la deuda, diversificar las exportaciones del país, crear fondos de inversión, entre otros objetivos. Si lo observas con calma, Pejenomics se parece más a los objetivos alineados del nuevo modelo energético mexicano que en contra.

Para ser claros, Pejenomics no aborda planes y proyectos específicos del sector energético. Ni lo apoya explícitamente. De hecho, el propio López Obrador ha abogado en contra del nuevo modelo energético mexicano. Lo que aquí estamos señalando es que, si la carga ideológica del sector energético se quita, el nuevo modelo ha generado poderosas herramientas que permitirían lograr justo lo que Pejenomics plantea.

Aquí van nuestros hallazgos más importantes:

Diversificación de operadores

Uno de los puntos más relevantes de Pejenomics se centra en la diversificación de empresas. El corazón de su argumento se concentra en que “muy pocos empresarios logran triunfar en el País”.

El objetivo principal de la reforma energética y del nuevo modelo energético está en diversificar el ecosistema petrolero del país. Las empresas que han surgido a partir de la firma de los contratos petroleros hoy están complementando las inversiones que Pemex no podía hacer por su limitada disponibilidad de capital de inversión —el cual se estaba fondeando con deuda, no con ingresos.

Aunque la participación de las 112 empresas privadas en comparación con Pemex puede parecer limitada, las compañías hoy operan en yacimientos con prospectiva a producir varios cientos de miles de barriles diarios en los siguientes 5 a 10 años.

No aumentar impuestos

En campañas políticas, la viabilidad de cumplir promesas de no aumentar impuestos siempre es cuestionada. Sin hacer un análisis macro, con un modelo de balance general, es difícil pronunciarse sobre este tema.

Pero sí vale la pena explicar que el nuevo modelo ha generado millonarias fuentes de ingresos fiscales que, antes de la reforma, simplemente no existían.

Como explicó Daniela Loredo, de El Financiero, la Ronda 2.4 (aguas profundas) inyectó 10 mil millones de pesos al fondo mexicano del petróleo gracias a los bonos de desempate que se comprometieron en esa ronda.

Si comparamos el primer trimestre de 2016, 2017 y 2018, el crecimiento en el pago de impuestos, derechos, regalías y bonos se ha casi duplicado. Pasaron de 75 mil millones de pesos a 125 mil millones. Una parte de este incremento se explica por el incremento en el precio del petróleo y, otra, por un mayor número de contratos vigentes en operación.

En los últimos años, los ingresos petroleros que registra el Fondo Mexicano del Petróleo se han diversificado. Por un lado, Pemex mantiene sus contribuciones a través de los derechos por utilidad compartida y por la explotación de sus asignaciones petroleras; por otro los contratos petroleros generan ingresos como los bonos a la firma de los contratos, la comercialización de hidrocarburos y el pago de regalías (Gráfica 1).

Gráfica 1: Distribución de los ingresos petroleros al 1T de cada año

(millones de pesos)

 

Fuente: FMPED

 

De acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos, en 2017 los ingresos provenientes de los contratos petroleros ascendieron a 339 millones de dólares. De estos ingresos, 180 millones son por bonos a la firma, 108 por la comercialización de los hidrocarburos del Estado, 36 por regalías y 15 por cuotas contractuales.

Reingeniería del gasto público

Uno de los objetivos de Pejenomics es modificar el patrón de gasto. El nuevo modelo energético buscó, también, ampliar el número de fuentes de inversión para permitir que la obligación de desarrollar el sector petrolero no estuviera basada en una sola empresa.

En los últimos años, el presupuesto de Pemex se ha reducido, pero la caída habría sido más abrupta si no se hubiera diversificado las inversiones del sector energético a través de los contratos de las Rondas.

A través de no concentrar el gasto público en una sola dependencia sino diversificarlo a través de una multiplicidad de actores (empresas que ganan contratos competitivamente), el gobierno federal reduce su carga financiera a la vez que tiene una nueva fuente de ingresos.

Más transparencia

Uno de los principales objetivos del nuevo modelo energético fue inyectar transparencia al sector. Antes, los contratos del sector se otorgaban a través de Pemex. La mayoría, a través de adjudicaciones directas o con invitaciones restringidas a un grupo de empresas en específico. En 2013, el último año donde operó el modelo energético previo, el 45 por ciento de los contratos que Pemex otorgó fueron a través de Licitaciones Públicas Internacionales. El resto fue a través de adjudicaciones directas, invitaciones a un grupo determinado de compañías y otros esquemas de contratación.

El Nuevo Modelo generó mecanismos de transparencia tanto para otorgar contratos como para gestionarlos. En este nuevo esquema, los contratos petroleros de exploración y producción son adjudicados por una autoridad independiente a través de procesos competitivos donde todas las empresas interesadas pueden participar con vigilancia de que el proceso es abierto para todos los competidores. Estos contratos, adicionalmente, tienen cláusulas internas que obligan la convocatoria a una licitación pública e internacional para la compra de distintos productos o servicios (como la renta de plataformas)

En paralelo, Pemex también concursa sus contratos petroleros y, de hecho, ha hecho un esfuerzo por diversificar sus compras y adjudicar contratos con procesos competitivos.

Como lo explicó el Atlantic Council cuando se lanzó la reforma energética, “el Gobierno busca tener una agenda de transparencia más fuerte al garantizarle a los ciudadanos que tendrán la posibilidad de revisar y de auditar los flujos de ingresos y egresos del gobierno con las compañías del sector”. Cabe destacar que, como parte de este esfuerzo, México está cumpliendo con el proceso de adhesión y reporte de los ingresos y egresos de sus industrias extractivas como parte de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI).

Apoyar a las PyMes mexicanas

Como explica Pejenomics, las Pequeñas y Medianas empresas del país tienen retos de capitalización y crecimiento. Aunque representan el 42 por ciento del PIB nacional y generan el 78 por ciento del empleo formal del País, tienen un lento crecimiento y se estancan rápidamente debido a la falta de acceso a crédito. La propuesta del documento es crear consorcios de PyMes mexicanas para fomentar economías de escala; apoyar con capital y deuda a los consorcios; crear un fondo de capitalización, industria y tecnología para apoyar el desarrollo.

En el sector energético ahora se incluye la obligación de contratar contenido nacional en las cadenas productivas del país en 6 rubros: bienes, mano de obra, servicios, capacitación, transferencia de tecnología e infraestructura. La Secretaría de Economía define el porcentaje de contenido en cada contrato, así como las reglas para medirlo y la progresividad de su crecimiento. Aunque este mecanismo aún tiene retos por vencer —como hacer que la medición del contenido sea la correcta y que pueda ser verificable por la autoridad—, el objetivo de esta medida es aumentar las compras a las empresas locales que pueden contribuir al desarrollo energético del país.

Adicionalmente, las rondas petroleras han buscado el desarrollo de una industria petrolera nacional. A través de diseñar rondas específicas donde las compañías mexicanas pueden participar, el nuevo modelo busca consolidar la presencia de las empresas que antes eran proveedoras de Pemex para transformarse en operadoras directas. La Ronda 1.3, por ejemplo, permitió que 8 empresas mexicanas se llevaran bloques petroleros.

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