Editorial: Fortaleza a partir de la diversidad

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Contrario a lo que su agrupación bajo el título de “aguas someras” pudiera indicar, los 15 bloques ofrecidos en la primera licitación de la Ronda Dos cubren una gran diversidad de geología a lo largo de las costas del sur del Golfo de México sur. Hay mucho que se puede decir a partir de las diferencias entre los tipos de bloques ofrecidos.

Los primeros bloques licitados frente a las costas de Veracruz representan un reto interesante. Es un área “madura” que contiene pequeños campos descubiertos hace años por Pemex. Por mucho tiempo, bajo el antiguo modelo, estuvieron estancados. Ayer México consiguió, a través del resultado en la licitación, revivir la exploración en el área. Fueron bloques competidos, pero no tanto como otros. Uno de los seis bloques ofrecidos en esa área recibió dos ofertas. La primera por parte de un consorcio de compañías europeas recién llegadas a explorar en México, quizá con nuevas ideas para esta vieja área petrolera. La segunda oferta por parte de Pemex y un nuevo socio para formar, tal vez, una simbiosis de conocimiento local e ideas internacionales.

Navegando hacia el sureste, frente a las costas de Tabasco, se licitaron ocho bloques exploratorios, uno de ellos con un previo descubrimiento de aceite pesado. Esta es un área que representa la extensión hacia el mar de la cuenca petrolífera del sureste. Aquí la competencia por obtener los bloques fue más intensa. Además del atractivo del tipo de hidrocarburos y su materialidad estimada, la disponibilidad común para las compañías de un buen volumen de datos del subsuelo resultó en la concentración del interés en algunos bloques que recibieron múltiples ofertas. Ocho de estos nueve bloques recibieron ofertas y fueron adjudicados.

Los bloques de esta región generaron momentos emocionantes, que inauguraron mecanismos licitatorios, como el empate entre dos ofertas, cuyo desempate fue un bono en efectivo que, a la firma del contrato, se depositará en el Fondo Mexicano del Petróleo.

Siguiendo la dirección hacia el este, el área contractual frente a las costas de  Campeche, donde se extienden los campos de gas de la región conocida como Macuspana, no despertaron gran interés. Pero no por eso se puede concluir que el bloque adjudicado a dos grandes compañías internacionales sea poco atractivo. Es posible que allí la aplicación de los conocimientos vanguardistas y la experiencia global de las dos compañías resulten en nuevas ideas para explorar el subsuelo mexicano en busca de recursos petroleros.

Además de ser novedad, esta diversidad en el tipo de proyectos y compañías involucradas resulta en un valor agregado para el país. Al final del día, la competencia constructiva surge a partir de la diversidad de ideas exploratorias y modelos de negocio originados en la diversidad de participantes. Como tal, genera los mecanismos para aprovechar el máximo potencial de desarrollo y el aprovechamiento de los recursos que allí puedan existir —en claro beneficio del país.

México ayer se fue a dormir con un compromiso de nueve pozos, adicionales a los que tenía cuando se despertó. Representan inversiones de alto riesgo que estarán apoyadas en una diversidad de ideas que hubiese resultado imposible atraer y desarrollar bajo el modelo energético previo a la reforma energética. Un paso importante, sin duda, en el camino a los 640 mil millones de dólares en inversión que nuestro país tiene que atraer en los próximos 24 años.

Pulso Energético

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