Cuando la Ronda 1.2 se lanzó, pocos analistas estaban realmente entusiasmados por el potencial de los campos. Los tres bloques que se adjudicaron (Amoca-Miztón-Tecoalli, Hockhi e Ichalquil-Pokoch) tenían apenas unos 100 millones de barriles de crudo de reservas, lo cual daba cuenta de campos relativamente chicos.

Tan era así que Pemex ni siquiera había considerado desarrollar ninguno de ellos formalmente. Claro que algún día podrían haber escalado en la lista de prioridades. Pero hasta 2014, muchos años después de que varios de ellos se descubrieron, Pemex –aun ante una creciente presión por elevar la tasa de restitución de reservas– no había querido ni dedicarles más recursos para terminar la delimitación. Quizás lo hubiera hecho en años, décadas –o quizás nunca.

La llegada de las rondas salvó a estos campos de la irrelevancia. Hoy, a menos de 4 años de ser licitados, la situación es completamente diferente. Como resultado, las compañías se han comprometido a desarrollar 8 veces la cantidad de recursos que Pemex había estimado que se podrían recuperar. La tecnología y ritmo de inversión empleado, además, pondría a estos campos en línea con los más rápidos en ser desarrollados en el país.

El punto, por supuesto, no es juzgar a Pemex y sus decisiones. Menos a toro pasado. La realidad es que la industria entera (si cumplía con los requisitos de precalificación) pudo competir por los bloques de la Ronda 1.2. Muchas compañías que entraron a los cuartos de datos para evaluar el potencial de plano no vieron la materialidad suficiente para justificar inversiones millonarias en los campos.

Pero las 5 que sí –Pan American Energy, E&P Hidrocarburos, Eni, Fieldwood y Petrobal—han transformado la historia de estos campos. Les cambiaron la vida: las catapultaron de la irrelevancia al estrellato y por ello le dedicamos nuestro análisis semanal. Los campos petroleros del país ya no están condenados a hacer su audición ante un solo cazatalentos que, por talentoso y fuerte que sea, de repente dejó ir a enormes estrellas.

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Pablo

pablo.zarate@pulsoenergetico.org