2020: El año de la aceleración petrolera

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Con la actividad que ha realizado la nueva industria petrolera en los últimos 5 años, 2020 llegará como la antesala de una nueva década de actividad importante a partir de los contratos petroleros, con producción y nuevas actividades por desarrollar.

Hasta ahora, la industria ha mostrado avances significativos. Este año cerrará con 50 mil barriles de producción y más de 2 mil 600 millones de dólares de inversión, contraprestaciones y regalías pagadas al estado por contratos que fueron adjudicados hace apenas 4 años. También habrá un número importante de pozos de exploración y desarrollo que se van a perforador que generan nueva información sobre los recursos y las cuencas del país y que elevan la probabilidad de tener nuevos descubrimientos.

Es en este contexto y que estamos a unas semanas de la llegada de 2020 que nos dimos a la tarea de analizar qué va a suceder el próximo año en producción petrolera, en nueva actividad y en un tema que es relevante para la industria por el precedente que sienta: la unificación de Zama. Cada uno de estos rubros tendrá un impacto no sólo en la industria petrolera, sino en el país a partir de los beneficios que traerá esta renovada actividad que ayudará a desriskear cuencas, generar nueva información sobre áreas ya exploradas y acelerar el desarrollo de campos descubiertos hace varios años.

 

Mayor producción

El próximo año, la producción petrolera producto de los contratos adjudicados en las rondas y de las migraciones con socio de Pemex, verá un crecimiento importante.

Por un lado, está la producción incremental de los campos Amoca-Tecoalli-Miztón (AMT) como parte del primer contrato de la Ronda 1.2 que se licitó en 2015. Este proyecto, que arrancó producción comercial en julio de 2019, llegará a producir 21 mil barriles diarios de crudo en 2020. Este volumen es el doble de lo que registró la empresa en octubre de 2019.

En línea con esta misma tendencia están los otros dos contratos de la misma licitación: Hokchi e Ichalkil-Pokoch. Ambos arrancarán producción comercial en 2020, de acuerdo con sus planes de desarrollo aprobados. En el primer caso, Hokchi Energy planea tener una producción de 5 mil barriles diarios promedio anual, mientras que Fieldwood-Petrobal esperan promediar 20 mil barriles al cierre del año.

En conjunto, los tres contratos otorgados en la Ronda 1.2 podría aportar alrededor de 45 mil barriles diarios al país, a los cuales se sumarán los 5 contratos de las asociaciones de Pemex con la iniciativa privada, de los cuales también se espera un crecimiento importante en todas ellas. Santuario-El Golpe, Cárdenas-Mora, Ogarrio, Ébano y Miquetla, aporten alrededor de 40 mil barriles diarios de crudo.

Fuente: Comisión Nacional de Hidrocaburos: Ogarrio, Santuario-El Golpe, Cárdenas-Mora, Ébano, AMT, Hokchi, Ichalkil-Pokoch, otras áreas: Rondas México. Datos aproximados.

Este año la industria petrolera se comprometió a producir 50 mil barriles diarios de crudo al cierre del año y todos los contratos han cumplido con sus compromisos de inversión y operación que están considerados en los contratos firmados. Con estos resultados, se esperaría que el próximo año se reconsideraran las rondas petroleras como un mecanismo para atraer inversión y generar actividad en las regiones con recursos ociosos.

Año de descubrimientos

Los pozos que se han perforado en 2019 ―uno de los años más activos en exploración del último quinqueni― generarán para el siguiente año un volumen importante de información qué procesar sobre las cuencas del país. Estos datos ayudarán a delinear una estrategia de exploración para el país. Algunos de los datos más esperados por la industria son los pozos en aguas profundas en sistemas subsalinos que se están perforando a partir de los contratos de la ronda 1.4.

Con este volumen de actividad y considerando que la probabilidad de éxito de la industria es de 30 por ciento, una mayor cantidad de pozos perforados eleva las probabilidades de que haya éxitos geológicos y descubrimientos asociados. Es por esto que el volumen de actividad para 2020 es buena noticia. De acuerdo con la CNH, en 2020 se podrían perforar, por lo menos, 34 pozos exploratorios y 91 de desarrollo. Todos ellos están ya aprobados en los planes que la Comisión le aprobó a las empresas privadas.

Cabe destacar que varios de los pozos exploratorios se realizarán en aguas profundas del golfo de México, una de las zonas que han sido complejas de desarrollar por décadas y que hoy tiene una renovada actividad gracias a los 27 contratos que hoy operan en estas cuencas.

 

 

 

 

La unificación de Zama

Uno de los acontecimientos que más se esperan en 2020 es la evolución del proceso de unificación del yacimiento Zama, que descubrió el consorcio de Talos, Sierra Oil and Gas y Premier Oil en 2017. El yacimiento, que tiene un potencial de entre mil 400 y 2 mil millones de barriles de petróleo recuperables, podría migrar a una asignación de Pemex, en aguas someras del Golfo de México.

Como parte del proceso de unificación, el consorcio operador ya perforó 3 pozos más dentro del área donde opera, con lo que concluyó con su programa de evaluación del área. Para confirmar si efectivamente el yacimiento es compartido y continuar con el proceso de unificación ―que permitiría operarlo conjuntamente entre el consorcio y Pemex― se necesita que la Pemex perfore el pozo Asab-1 en su asignación. Esto está programado para inicios de 2020.

Una vez que Asab-1 se perfore y si se confirma la migración de los hidrocarburos, entonces podrán detonarse los primeros pasos para que la Secretaría de Energía, con la asesoría técnica de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, determine la existencia de un yacimiento compartido y se pueda continuar con el proceso de unificación.

Si bien 2020 será un año de gran actividad por parte de la industria petrolera, desde el lado del gobierno federal también será un año de grandes definiciones para asegurar el desarrollo de los recursos del país. Como hemos explicado en números anteriores, México cuenta con un enorme potencial petrolero medido a partir de sus reservas y recursos prospectivos, de los cuales un volumen importante está ocioso, es decir, que no tiene un operador que confirme su existencia y traduzca esta actividad en producción que genere ingresos para el país.

Estas definiciones deberán estar plasmadas en el nuevo Plan Quinquenal de Licitaciones que deberá publicar la Secretaría de Energía y que podrá apoyarse de la fracción del Plan Nacional de Infraestructura que se presentará en enero con los proyectos del sector energético donde la iniciativa privada podrá participar. Esto, también, incluirá la definición de cómo Pemex podrá alcanzar sus metas y si echa mano de las herramientas de asociaciones estratégicas que tiene a su disposición para acelerar la ejecución de sus planes de exploración o desarrollo y acelerar su producción.

2020 no sólo será un año donde muchos proyectos aceleran su desarrollo, sino que también podría ser el año en el que México retoma el liderazgo internacional como destino de inversiones en proyectos estratégicos que apoyan el desarrollo energético del país.

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