Transición energética

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Constantemente escuchamos que es necesaria una transición energética que permita contar, a largo plazo, con la energía que el país necesita para solventar las necesidades de su población. Siendo México un país con una industria de hidrocarburos considerada como esencial, ¿cómo puede esta industria apoyar esta transición energética?

Empecemos por definir qué es la Transición Energética. De acuerdo a la Ley de Transición Energética publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de diciembre de 2015 y aplicable a la industria eléctrica, ésta consta de diferentes componentes tales como el aprovechamiento sustentable de la energía, el uso de energías limpias y renovables, la reducción de emisiones contaminantes, así como la eficiencia energética y el aprovechamiento de los residuos.

Estas acciones han sido establecidas en las políticas de diferentes países que buscan transformar sus matrices energéticas principalmente a causa de los impactos del cambio climático y la futura disminución de la disponibilidad de combustibles fósiles.

Las diversas industrias productivas en el mundo están optando por incluir en sus procesos acciones de transición energética, ya sea por los ahorros asociados a la eficiencia en el uso de la energía, por aprovechar residuos con contenido energético que de otra manera tienen que desechar, por su compromiso hacia la disminución de su huella de carbono; o por la disponibilidad de recursos renovables que pueden aprovechar para reducir así sus costos energéticos. Las empresas del sector hidrocarburos también están integrando en sus procesos cambios en este sentido. La gobernanza y los sistemas de administración de diversas compañías integran ya temas como medio ambiente, reducción de emisiones e investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, todos ligados a la transición energética. Siendo la exploración y extracción de hidrocarburos actividades con un consumo importante de energía, constantemente se está buscando mejorar la eficiencia energética de los procesos a fin de minimizar el consumo de combustibles y las emisiones asociadas a los mismos, se trabaja en la integración de fuentes de energía limpias y renovables en las instalaciones incluyendo energía eólica, solar y bioenergía; en el aprovechamiento de la energía residual de los procesos o su aislamiento para evitar pérdidas;  o en el cambio a nuevas tecnologías que utilizan gas natural, el cual está siendo aprovechado al máximo por las compañías al evitar en todo lo posible su quema o liberación a la atmósfera. Incluso se están buscando nuevas alternativas para el aprovechamiento de los residuos del sector, altamente energéticos, para la generación de electricidad o calor, ayudando de esta manera además a la minimización de residuos que de otra manera deben ser tratados para su disposición final casi siempre con un gran gasto energético. Asimismo, se buscan tecnologías que permitan el tratamiento de agua o de otros efluentes que utilicen menos energía y que generen menos residuos a fin de optimizar su gasto energético.

Por otro lado, las compañías están invirtiendo en proyectos de reducción de emisiones tales como la captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS por sus siglas en inglés) como parte de sus estrategias de transición energética, a fin de compensar sus emisiones a la atmósfera.

Finalmente, en la parte de investigación y desarrollo, existen esfuerzos hacia la utilización de hidrógeno en diferentes actividades relacionadas el sector, especialmente en la parte de transporte. Aún cuando esta tecnología se aplica principalmente a vehículos automotrices y se hacen esfuerzos para integrarlos a las flotillas de las compañías, las investigaciones abarcan vehículos marinos y aeronaves, por lo que en un futuro este tipo de vehículos también formarán parte de las actividades de la industria.

Los esfuerzos continúan, haciendo a las actividades de Exploración y Extracción más eficientes cada vez.

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