En diciembre de 2019 los precios de los contratos a futuro de los crudos West Texas Intermediate (WTI) y Brent llegaron a ser de 59 y 64 dólares por barril (dpb) respectivamente. Por su parte, en ese mismo mes el precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo se ubicó en 54 dpb.
Tres meses y 18 días después de que la expectativa fuera de relativa certidumbre debido al descenso en los inventarios de crudo de Estados Unidos y a que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) había mantenido recortes a su producción, los precios internacionales cayeron hasta 70%, ubicándose en 20 dpb en el caso del WTI y en 23 dpb en el caso del Brent.
¿Qué pasó?
En términos generales la historia se puede dividir en 3 etapas:
Etapa 1 “Coronavirus”
Entre el 31 de diciembre de 2019 y el 10 de enero de 2020 personas que vivían o habían viajado recientemente a la ciudad más poblada de la región central de la República Popular China, Wuhan, comenzaron a manifestar signos de un virus parecido al SARS que podía ser mortal.
Siguieron días de más casos de personas infectadas, caos, incertidumbre y desmentidos que incluso incluyeron la muerte del doctor que intentó prevenir al gobierno chino del virus, hasta que el 20 de enero, China declaró la emergencia a raíz del brote.
Las previsiones del impacto que podría tener el coronavirus en la economía china y en su demanda de energía comenzaron a golpear los precios del crudo.
El miércoles 11 de marzo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró al brote de Covid-19 como una pandemia.
Etapa 2 “Se rompe el acuerdo entre OPEP y Rusia”
Con el objetivo de estabilizar los precios del crudo mermados por la reducción de la demanda de petróleo como consecuencia del coronavirus, el 8 de marzo, en una reunión celebrada en Viena entre los miembros de la OPEP y sus aliados, Arabia Saudita propuso recortar 1.5 millones de barriles diarios adicionales al acuerdo vigente desde 2017, pero Rusia que es uno de los principales productores a nivel internacional de crudo se opuso a esta propuesta por razones comerciales y geopolíticas, que lo habían llevado a perder participación de mercado frente a la competencia de los productores de shale oil de Estados Unidos beneficiados por los precios altos.
En respuesta, Arabia Saudita hizo del conocimiento público que una vez que el acuerdo actual de la OPEP expire en abril, elevaría su producción de 9,7 millones de barriles diarios hasta 12 millones, literalmente inundando el mercado mundial con petróleo saudí. Además, de acuerdo con información divulgada por la agencia Bloomberg, también habría ofrecido descuentos de crudo Arab Light de 4 a 6 dólares por barril a mercados en Asia y de 7 dólares al mercado estadounidense. Así, los equilibrios petroleros se rompieron.
Etapa 3 “Un nuevo panorama energético”
Hoy se tienen más de 332 mil personas infectadas y cerca de 15,000 fallecimientos, provocando también el cierre de empresas a lo largo y ancho del planeta, el confinamiento de millones de personas en sus casas, la economía global se podría contraer hasta 1.5% según la consultora McKinsey & Company, en tanto que Bank of America declaró el jueves 19 de marzo que la economía de EEUU habría caído ya en recesión, y según estimaciones de BBVA el PIB mexicano podría contraerse 4.5% este año.
Los problemas relacionados con el Coronavirus generaron, por un lado, un fuerte recorte en la demanda de crudo; y la guerra de precios entre Rusia y miembros de la OPEP produjo, por el otro, una sobre oferta de barriles. Una combinación que llevó a que la mezcla mexicana a que se cotizara el jueves 19 de marzo en 14.5 dólares por barril.
El panorama energético internacional definitivamente ha cambiado y más allá que existe la posibilidad de que en mayo o junio se vuelvan a reunir los países miembros de la OPEP+ y logren un acuerdo para recortar la oferta o que se consiga contener la pandemia en algunos meses, sin duda es momento de reflexionar sobre la estrategia energética nacional pues hay mucho en juego para México. En este ejercicio, incorporar una discusión sobre la diversificación de la matriz energética nacional sería un elemento crucial para generar respuestas a la altura de la crisis.
En este orden de ideas, lo lógico sería que si el nuevo ciclo de precios bajos se mantiene por un periodo relativamente largo, los costos asociados a la producción de cada fuente o tipo de aceite obliguen a los países y empresas a diversificar su matriz energética, priorizando la rentabilidad sobre el número de barriles.
La gráfica 1 ilustra qué tan caro es producir cada tipo de aceite:
Afortunadamente, México aún cuenta con potencial para desarrollar campos maduros, terrestres, convencionales y no convencionales, en aguas someras, profundas y ultraprofundas. La matriz energética mexicana es amplia y abre la posibilidad a las autoridades para planear el corto, mediano y largo plazo en función de la rentabilidad y necesidades energéticas.
Por otra parte, la industria de hidrocarburos está acostumbrada a trabajar por ciclos que generalmente no se pueden prever (Ver gráfica 3). No se tiene certeza aún del tiempo que pueda durar el ciclo de precios actual, pero la coyuntura obliga a tomar decisiones pensando en la maximización del valor sin prejuicios ideológicos de cualquier tipo.
Es momento de valorar la viabilidad de producción campo a campo, de importar hidrocarburos, de almacenar y de refinar. Cada decisión debe ser estudiada detenidamente. Así, la coyuntura actual obliga a debatir sobre diversificación de los portafolios para generar seguridad energética y desarrollo nacional.
“Histórico de precios del petróleo”
En los últimos 37 años, ha habido caídas importantes en el precio del petróleo. La más pronunciada fue durante la crisis financiera asiática que se produjo entre los años 1997-1999; en diciembre de 1998 el precio del WTI se ubicó en 17 dpb.
Hace no mucho tiempo, entre 2014 y 2016, posterior al boom del shale oil en Estados Unidos, también se presentó una caída en el precio del WTI, ubicándose en 26 dpb en promedio.
Compartimos el histórico de precios para poder dimensionar la caída derivada de la presencia del coronavirus y del conflicto Arabia Saudita-Rusia en la ecuación energética. Con base en estos datos, observamos que los precios han tenido ciclos asociados a las consecuencias de las crisis económicas, entre otras variables, a lo largo de las últimas 4 décadas; con base en estas experiencias, esperaríamos que el nuevo ciclo que se inaugura con la nueva pandemia por coronavirus responda en la magnitud de la afectación en la economía mundial.