Opinión: México 2018: ¿qué le depara al sector energético?

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Por: Mujeres miembro de Mujeres en Energía

A menos de un año de las elecciones presidenciales en México, la incertidumbre en torno al rumbo político que escogerá México y su potencial impacto en el sector energético, ocupa muchas mentes y mesas de análisis. Todos nos preguntamos qué pasará si gana la Presidencia un candidato ‘anti-reforma’.

Vaticinar el futuro nunca ha sido una tarea sencilla. Menos cuando se trata de predecir las acciones de un presidente entrante en un contexto de fragmentación política. Sin embargo, hay razones para creer que el sector energético seguirá avanzando en el camino de la apertura y la liberalización. Nosotras consideramos cuatro como las de mayor importancia:

 

  1. Los órganos reguladores del sector están resguardados de los ciclos políticos. La reforma energética de 2013 sentó las bases de un nuevo marco institucional y fortaleció tanto a la Comisión Reguladora de Energía como a la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Les dio personalidad jurídica propia; autonomía técnica y de gestión; y autosuficiencia presupuestaria, marcando una clara separación de la línea que dicta el gobierno federal. Adicionalmente, cada uno de estos reguladores se rige por un órgano de gobierno compuesto por siete comisionados los cuales son designados por el Senado, en periodos escalonados de siete años. Esto garantiza la continuidad de sus labores, más allá de los cambios de administración.

 

  1. No hay incentivos económicos para revertir la reforma energética. Por un lado, los costos políticos de la reforma de 2013 ya fueron pagados y asumidos por el Ejecutivo que la promovió, así como por los legisladores que la votaron. Por otra parte, la administración entrante podrá cosechar los frutos de la modernización del sector energético, que en el mediano plazo significarán mayor inversión, generación de empleo, recaudación pública y mayor dinamismo económico.

 

  1. Difícilmente podrá lograrse un cambio en las reglas de juego vigentes. Para cambiar la Constitución es necesario contar con el voto a favor de dos terceras partes del Congreso, así como la mayoría de votos en al menos 17 de las 32 legislaturas estatales. La reforma energética se logró con la suma de fuerzas políticas; una sola administración, de manera unilateral, no podrá generar un cambio sin buscar consensuar con otras fuerzas políticas.

 

  1. Las demandas de los agentes económicos involucrados apuntan hacia la continuidad. Por un lado, están los nuevos participantes de los mercados eléctrico y de hidrocarburos; inversionistas particulares que vieron en la reforma energética una buena oportunidad para hacer negocios, compitiendo con los viejos monopolios estatales. A la fecha, el incremento en la participación de agentes privados se ha traducido en una inversión posible de hasta 80 mil millones de dólares. No hay que olvidar los compromisos que ya estableció el Estado mexicano con 82 empresas de 18 países diferentes, que ganaron contratos para el desarrollo de proyectos de hidrocarburos y electricidad. Afectar los derechos de estas empresas sería muy riesgoso, particularmente en un contexto global interconectado.Por otro lado, están los consumidores –tanto industriales, como domésticos– quienes, a pesar de haber enfrentado aumentos en el precio de algunos energéticos, han comenzado a notar la mayor disponibilidad de alternativas de consumo. De hecho, hoy las familias mexicanas pueden cargar gasolina en más de 15 marcas de estaciones de servicio operando a lo largo del territorio nacional, al tiempo que los consumidores industriales pueden comprar gas y electricidad a diversos particulares que compiten con los monopolios de siempre.

 

Inversiones Detonadas por la Reforma Energética

(miles de millones de dólares)

(1) Inversiones resultantes de licitaciones y subastas efectuadas a raíz de la Reforma Energética. https://www.gob.mx/sener.
(2) Inversión estimada a partir de los permisos otorgados por la CRE para cada actividad, luego de la Reforma Energética.
(3) Gasoductos contemplados (no adjudicados) en la segunda revisión anual (2017) del Plan Quinquenal de Expansión del Sistema de Transporte y Almacenamiento Integrado de Gas Natural 2015-2019.
(4) Inversión proyectada por rubro en los próximos 15 años, de acuerdo al PRODESEN 2017-2031.
* Inversiones proyectadas

 

A pesar de estas razones, hay que tener en cuenta ciertos factores de riesgo que podrían entorpecer la implementación de la reforma. Por una parte, el Ejecutivo siempre tendrá la potestad de ralentizar procesos a través de instancias de gobierno que están bajo su control. Por ejemplo, la Secretaría de Energía podría retrasar indefinidamente el diseño de las próximas rondas de contratos de exploración y extracción de hidrocarburos y, junto con el Centro Nacional de Control de la Energía (Cenace), podría bajar la marcha en el lanzamiento de nuevas subastas eléctricas. La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente —el único regulador sectorial que no es del todo independiente— podría entorpecer nuevos proyectos, simplemente retrasando sus permisos y autorizaciones, o imponiendo regulaciones muy onerosas. Pero, aun así, no es claro cuál sería el incentivo para evitar que el país se allegue de estos proyectos energéticos tan necesarios, así como de las inversiones y empleos que ellos entrañan.

En conclusión, somos optimistas en cuanto al futuro de nuestro sector energético y no vemos viable regresar a un pasado de cerrazón y monopolios. Creemos que el sector continuará consolidándose como una fuente de competitividad para toda la economía y reforzando la aspiración común de un México moderno.

El próximo año prácticamente todos los segmentos de productos y servicios energéticos funcionarán bajo principios de libre mercado. Se habrán implementado al menos tres subastas eléctricas y el mercado mayorista operará con una hora en adelanto; se habrán celebrado diez licitaciones para la exploración y explotación de hidrocarburos, en tres rondas; y los mercados de petrolíferos estarán abiertos a la participación privada a lo largo de toda la cadena de valor y sus precios se determinarán competitivamente. Revertir estos cambios no será fácil; menos aún si la sociedad ya está beneficiándose de ellos.

Quizás el futuro del sector energético mexicano no depende tanto de quién gane la presidencia en 2018, sino de qué tan rápido se continúe con su implementación para que los consumidores puedan beneficiarse de ella.

 

Mujeres en Energía es un grupo de mujeres con una amplia experiencia en el sector energético en México y en el mundo integrado, entre otras, por Alma Porres, Aurora Pierdant, Beningna Leiss, Catalina Delgado, Lorena Patterson, Lucía Bustamante, Mayra Molina, Montserrat Ramiro, Silvia Hernández y Vanessa Zárate.

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