Juan Pardinas: Infraestructura, energía y los siguientes proyectos estratégicos

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Hoy es un día muy importante, creo que una manera de plantear el inicio de nuestra conversación, como lo comentábamos, con esta metáfora de los mineros. Los mineros entraban con un canario a las minas para detectar concentraciones de metano y monóxido de carbono. Cuando el canario dejaba de cantar, los mineros sabían que tenían que salir corriendo porque las condiciones de salud no eran buenas en la mina. Yo creo que una metáfora posible es pensar que el aeropuerto era una especie de canario de los inversionistas, pero que tenemos otro canario que es el sector energético.  Han sido de las cosas que más siguen los inversionistas globales y hoy uno de los canarios, creo que no está muerto, pero si está azonzado, ya dejó de cantar y quizá ha perdido la conciencia, me refiero al aeropuerto. ¿Cómo mueve ésto la conversación energética?

Yo creo que sobre la conversación energética y la conversación sobre las perspectivas del futuro de la economía mexicana, desde su campaña electoral y después en este larguísimo periodo después de las elecciones, el hoy presidente electo de la República Andrés Manuel López Obrador, era una gran incógnita en el sentido de dónde estaba parado frente a temas fundamentales en la economía como la inversión privada. Mandaba, tanto en campaña como en presidencia, él y sus colaboradores, mensajes mixtos. Además en este ciclo de noticias un poco acelerado por la redes sociales, pero también por la desorganización en la comunicación del futuro gobierno, de repente se decía una cosa y de repente salía una señal totalmente distinta. Paco Ignacio Taibo decía que el triunfo de Morena indicaba el fin de la reforma energética y, luego salía otra voz dentro del gobierno y decía: ‘no, tranquilos, esto va a seguir’.

Entonces uno tenía que hacer un ejercicio de interpretación y ese ejercicio de interpretación tenía rangos muy amplios de incertidumbre. Realmente lo que tú creías haber entendido no estaba seguro si ese era el mensaje o la posición del presidente electo. Hoy 29 de octubre, ya esa incertidumbre se convirtió en certeza. Si sabemos dónde está parado. Puede dar el presidente de la República mensajes y discursos de que entiende y necesita a la inversión privada y el rol que tiene la inversión privada en el crecimiento económico, en la generación de oportunidades, en el combate al desempleo, en literalmente mejorarle la calidad de vida a los 120 millones de personas que vivimos en México. Se puede tener esa narrativa, pero el hecho, la señal o el ruido que manda la decisión de cancelar el aeropuerto de Texcoco, tanto la decisión en si como el proceso para llegar a esta decisión, lo que manda es una señal inequívoca, sin margen de interpretación de un enorme desdén por  el rol de la inversión privada en el crecimiento y en el desempeño económico.

Una de las críticas ha sido que el proceso de consulta no se llevó a cabo con los mayores criterios de transparencia o de profesionalismo. O sea ,quedó muy claro que era una decisión que buscaba arroparse en algún lugar o que el presidente electo buscaba arropar con esta idea de democracia participativa, pero no sabemos qué hubiera pasado en una consulta realmente nacional, o con una metodología diferente profesional.

No sabemos, nunca lo vamos a saber.

A mí la parte que más me asombra es que tienes del lado de Texcoco al menos 9 estudios de impacto ambiental, procesos de certificaciones que no tardan semanas sino meses o años sobre la decisión de construir ahí el aeropuerto, la orientación de las pistas. Había todo una infraestructura de información técnica para tomar esa decisión. Y de lado de la opción de Santa Lucía, lo más sólido que había fue un estudio realizado en muy pocas semanas, donde el propio estudio dice que se requiere una secuencia de estudios adicionales para poder determinar la conveniencia de ubicar ahí el aeropuerto. O sea, esto es como una especie de preámbulo, de introducción a una serie de información básica que se necesita para la decisión de poner ahí el aeropuerto y donde toda la información que lleva a ese estudio fue proporcionada por un particular, el ingeniero Riobóo.

Entonces me parecía que la consulta en sí misma era, más allá del desaseo y de la gente que votó varias veces, que la organizó un partido político y no el Estado mexicano, creo que en esencia no era una consulta simétrica. Si la consulta se hubiera llevado a cabo,  digamos, en seis meses y Santa Lucía tuviera todo el proceso de validación, ahí si hubiera sentido que estás comparando manzanas con manzanas, pero aquí estás comparando manzanas con llantas de camión, ni siquiera entra en la categoría de frutas.

Aún así, como pasar por todo eso y que haya sido irrelevante y llegar hoy a esta decisión para favorecer una opción que técnicamente adolece de mucha información disponible para realmente validar su viabilidad, pues preocupa mucho. Preocupa este desdén sobre que vamos a perder 100 mil millones de pesos, por lo menos, que esa es la estimación que hicimos en el IMCO. Hay otras de 120 mil, pero hay que acordarnos que éstas van a ser decisiones que se toman en juicios, que las partes afectadas van a ir a los tribunales, probablemente en algunos casos puedan ser tribunales internacionales.

Entonces, esa decisión la va a tomar un juez, sobre los costos de la infraestructura en sí, del cemento ya instalado, de la varilla puesta sobre el terreno, de las vigas de acero que ya se mandaron a hacer, hay que agregarle ahora el costo de los abogados y de juicios que puedan durar, no van a durar seis meses van a durar años. Me decían que todavía sigue el litigio abierto con el gobierno chino por la empresa que fue afectada por la cancelación del tren México-Querétaro, y ahí todavía no había tenido ningún riel, ni un durmiente ese tren.

Hay una conversación muy interesante que estás trayendo a la mesa, que es: no hubo condiciones equitativas entre las propuestas, es decir, en una quedaban claras las críticas que se hicieron a partir de planes de información muy puntual. Y en el otro, estaba una especie como de sueño de plan por ahí, una abstracción. Yo creo que la conversación energética es muy parecida, en vez de proponer para usar términos del debate de Estados Unidos, de repeler y reemplazar la reforma energética con algo, están algunos planes episódicos, como hacer una refinería, inyectar 70 mil millones de pesos a la inversión de Pemex. Pero nunca se está poniendo, digamos al tú por tú los dos planes, que eso es algo bien interesante porque creo que genera una confusión muy grande entre el público, como puedo comparar si es mejor hacer una refinería o seguir adelante con la reforma energética y, además de que es un falso dilema, estamos generando una discusión inequitativa.

Yo creo que se puede aniquilar la reforma energética sin tocar los artículos de la Constitución que hablan expresamente sobre el petróleo. O sea, la ley orgánica que se está planteando de la administración publica sobre incorporar a la CRE a la Secretaría de Economía, de incorporar la Comisión Nacional de Hidrocarburos a la Secretaría de Energía con un argumento de eficiencia. Pues imaginemos cuál es el equipo de fútbol más grande o el más importante, pero es como si agarras y si pones al Madrid o a las Chivas del Guadalajara, que además el dueño de las Chivas le va pagar a la Comisión Nacional de Arbitraje, la Comisión Nacional de arbitraje va a estar en el mismo edificio donde están las oficinas de las Chivas y el dueño de las Chivas. Eso no va a jalar, eso no va a volar y además los árbitros van a usar camisa roja y blanca, pues ese guajolote no vuela, eso es lo que quiere hacer en términos de energía la Ley Orgánica de la Administración Pública. ¿Quién va a querer jugar en esa liga de fútbol donde los árbitros juegan con el mismo uniforme de uno de los equipos y, además, el equipo más poderoso, más grande y con mayor nivel de influencia política, con una fuerza monopsónica, todavía juega en algunos mercados con un poder monopólico? Es simplemente decirle a la gente gracias, no nos interesa que inviertan aquí, no nos interesa que generen prosperidad, no nos interesa que generen empleos, y eso en lo formal no estás matando la reforma energética, estás cambiando la ley orgánica de la administración pública.

Hay un poema o una canción en inglés con un título bastante macabro que es “Hay 50 maneras distintas de despellejar a un gato”, hay una canción que decía “Hay 50 maneras distintas de cortar una relación amorosa”. Pues hay 50 maneras distintas de darle en la torre a la Reforma Energética. Es una ruta muy corta y por un subterfugio que pareciera el nombre de la austeridad, porque además todas estas cosas se dan en nombre de causas sumamente nobles. La austeridad, vamos a cancelar el aeropuerto de Texcoco porque hay mucha corrupción. Mejor enfrentemos a corrupción, la corrupción también puede estar en Pemex, no vamos a cerrar Pemex porque hubo casos de corrupción, vamos a perseguirla, la corrupción la cometen individuos, personas con nombre y apellido, empresas; vayan sobre eso, no tratar de vestirla.

Volviendo al tema energético, la señal que manda hoy es muy preocupante y un poco cómo de que su visión del mundo si puede prescindir de inversión internacional y de inversión privada para el proyecto de infraestructura más importante en la era moderna de este país. Si ese es el mensaje en el ámbito de la infraestructura de conectividad aérea, qué mensaje nos podemos esperar en el contexto del sector energético.

Y ahí se ha generado una conversación muy interesante porque yo entiendo que la propuesta de cancelar o revisar el aeropuerto fue parte de las propuestas de campaña específicas, violentar la independencia de los reguladores, no estuvo en la campaña, eso es una decisión que tomaron en algún momento decidieron meter la iniciativa en el congreso, es algo muy específico, es algo muy técnico para la política de masas. Creo que esto mismo ha generado una apertura a partir de que se pronunciaron 25 reguladores globales en contra de esta idea y argumentaron que era una pésima idea y que iba a mandar  todas las señales incorrectas. Coparmex, todas las cámaras industriales, ustedes inclusive han expresado su opinión en columnas, en distintas entrevistas, pues parece o al menos apareció el viernes un par de trascendidos, que esto se iba poner en la congeladora, que iba a haber receptividad de los argumentos y que se la iban a pensar tres veces.

Ojalá tengas boca de profeta, Pablo, y los trascendidos se confirmen en los hechos. Estamos hablando de un gobierno, estamos hablando del Estado mexicano, o sea, esto no se debe resolver con trascendidos en la prensa, debería haber mensajes. Un gobierno debe de mandar señales, no mandar ruido. La diferencia de las señales es que te dicen hacia dónde vas, te permiten incluir una trayectoria de hechos y de tiempo, entre hoy y el 2024 vamos a hacer A, B, C, D. En el momento en que planteas esas señales, esa trayectoria genera certidumbre, el ruido es el caos, es mandar esta iniciativa de Ley que, incluso yo, pondría sobre la mesa que no se dieron cuenta de las implicaciones que iba tener en el mercado energético ese cambio, y que lo hicieron con la buena fe de generar economías, este proceso de austeridad extrema que están planteando casi como dogma, como ideología de gobierno.

Y ahora… una vez atendidas las consecuencias, se están echando para atrás. Pero volviendo al tema del aeropuerto, veamos cuál ha sido el comportamiento del peso hoy, con respecto al comportamiento del peso en los últimos años. No me refiero a los últimos años acumulados, me estoy refiriendo a un ciclo de menos de 24 horas, y suponer que esas decisiones no van a tener consecuencias de segundo y tercer orden es una ingenuidad enorme para quienes se van encargar de los destinos del gobierno mexicano.

Creo que no están midiendo, ya no digo una carambola de billar muy complicada sino cosas muy obvias que van a suceder. Ya se había dicho en la prensa especializada, en noticieros de radio, ya lo ves en reportes de calificadoras. Si el gobierno está sembrando las condiciones potenciales, no digo que vaya suceder, no lo deseo, ojalá a este gobierno le vaya bien, pero se está disparando en el pie y está generando las condiciones para una crisis que no le conviene al gobierno y por supuesto, no le conviene a los mexicanos.

Lo que hemos visto el día de hoy en el tipo de cambio, quiere decir que va a haber un impacto inflacionario. Qué quiere decir un impacto inflacionario, que con el dinero que hoy ganamos, cada familia mexicana va a poder comprar menos cosas. Seguro eso es lo último que quiere el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero sus objetivos no están alineados con sus actos y con sus decisiones y de esa falta de alineación y claridad se puede generar un desorden, se puede generar un ruido que le haga un daño profundo a nuestro país.

Una pregunta creo que difícil de contestar, pero que creo que es inevitable al menos plantear en este momento es, ¿donde está la línea roja?, es decir, distintas partes del entorno están mandando señales amarillas, rojas, etc. el tablero se está pintando de amarillo y de rojo, pero parece que aún no se termina de cristalizar una narrativa de que México, efectivamente es un lugar riesgoso para la inversión. Una vez que se configura eso, es bien difícil quitarte esa etiqueta de encima, los países latinoamericanos que han entrado en ese territorio batallen terriblemente para salir.

Y batalla por generaciones.

Batallan por generaciones. No es algo que se arregla diciendo: ‘bueno, me echo para atrás de este megaproyecto y ya me voy a portar bien’. Por ejemplo, Argentina sigue pareciendo eso aún después con una administración diferente, con una actitud diferente. ¿Estamos cerca ?

Es triste, desafortunado, hablar de escenarios gravísimos para el país, pero el rango de probabilidad de esos escenarios se ha ampliado de manera dramática en las últimas 24 horas. Tu metáfora de la línea roja te la cambia por esa metáfora de la caricaturas del Coyote y el Correcaminos, que había unos barriles de pólvora y había una línea de pólvora, un rastro que prendían y el rastro va caminando. O sea, se puede apagar, yo creo que lo que sí puede ser un cambio muy grave en la perspectiva económica del país es que las agencias calificadoras no solo cambien su tendencia sino también su calificación sobre la deuda de Pemex. Eso sí tendría implicaciones muy dolorosas para los millones de personas que vivimos en México, para las decisiones de inversión en el país, para la capacidad de maniobra del nuevo gobierno, para el margen presupuestal que quiere tener el presidente para proyectos que me parecen profundamente loables como aumentarle las pensiones a la gente de edad avanzada del país.

En eso debería concentrar desde mi punto de vista, el gobierno. Venimos de un gobierno sumamente desprestigiado, con muchos escándalos de corrupción pero hubo cosas que si funcionaron. En el sector energético, en los organismos reguladores creo que se lograron ejemplos muy viales de transparencia, competencia, de seguimiento a la ley, que desgraciadamente como la reforma energética tiene el apellido de Peña Nieto y lo que implique eso tiene un desprestigio estructural, le puede implicar un enorme costo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador si no distingue las cosas que sí hay que cambiar, de las cosas que hay que fortalecer y preservar.

El aeropuerto, me parecía, una de las que había que fortalecer y preservar. Si había corrupción que se persiga esa corrupción, si hubo negocios oscuros en los terrenos perimetrales del aeropuerto que se investigue y que se llegue a expropiar si fuera un caso extremo, pero no esta solución que si deja a los inversionistas en una circunstancia de amplia incertidumbre y una sensación de para dónde va el país, y habrá que esperar en 3 años si sí tenemos otro aeropuerto, si se logra descongestionar este y qué señal mandamos como país, si queremos ser una economía seria, somos la quinceava economía del mundo y vamos a ver cómo sigue el tipo de cambio, porque sigue bajando y probablemente ya bajamos a las 16, pero estamos para mejores cosas y el país tiene problemas enormes de desigualdad, pobreza, corrupción, de violencia, que la cuarta transformación debería tener como sus prioridades, no pelearse con el aeropuerto, no pelearse con la reforma energética, donde haya que mejorarla que se mejore, pero no tirar el niño con todo y la bandeja de agua.

Si la pólvora ya se encendió y este caminito está corriendo, creo que para entrar a la parte final de nuestra conversación, qué tendría que pasar en energía para que energía sea esta cosa que le da un puntapié al caminito de pólvora y hace que no llegue.

Que el presidente Andrés Manuel López Obrador anuncie que se van a llevar a cabo las siguientes rondas de inversión, que él mismo va a vigilar que se cumplan los criterios de las subastas, que la subastas maximicen los ingresos del Estado mexicano y maximicen la inversión en los proyectos, para que no sólo sean muchos ingresos en la primer quincena, sino que sean ingresos altos en un largo plazo de la inversión.

Más vale repartir una rebana muy generosa de un pastel que el 90% de un cacahuate. Ahí la variable de inversión, la variable de cuánto va recibir el gobierno por cada uno de los proyectos, que se persigan los casos de corrupción en específico, pero que no se haga un pleito ideológico, creo que eso es parte del problema, la conversación ha estado gobernada por decisiones ideológicas y no por decisiones prácticas, si algo va a sacar a Pemex, una empresa que ha estado en buena medida aislada de los cambios tecnológicos, del intercambio con el mundo, es que si algo le va sacar adelante es la posibilidad de acercarse con otras empresas, que le ayuden a explotar el enorme territorio que tiene resultado de la ronda cero. Entonces que el presidente mande la señal de que Pemex se va a fortalecer a través de esas interacciones, no es que se va a aislar, no es que va a ser simplemente con dinero público, compartir el riesgo y también compartir el beneficio teniendo como prioridad al Estado mexicano.

Ojalá y ya en un nivel de optimismo desmesurado, pero ese sería el tipo de señales que tranquilizarían a los mercados, creo que también el tema de la refinería no manda buenas señales, tienes probablemente a la empresa más endeudada del mundo si la miras por algunos de los criterios en función de su nivel de ingresos, de su nivel de utilidades y la estás poniendo a hacer un proyecto con bajo nivel de rentabilidad. O sea, va a ser muy difícil que esa refinería genere dinero, por qué no poner esos recursos en exploración y producción, en renovables; vamos a acabar dependiendo de petróleo importado para poder operar la refinería, estamos muy concentrados y hay una enorme discusión pública sobre la dependencia de importación de gasolinas, nadie está hablando de la dependencia de importación del gas y además tenemos muchísimo gas. Creo que habría que ver las distintas variables de la discusión, quitarse estos lentes ideológicos, estas visiones de buenos y malos, y estudiar caso por caso, y de que hay malos hay muchísimos, pero esos hay que perseguirlos y enfrentarlos, no ver esta cosmovisión del mundo en lo que: lo que él haga está bien, es honesto y va a ser positivo para el país, si no tener ciertas en sensibilidad y disposición para atender a los hechos, atender a los números y tomar decisiones basadas en evidencia.

Y estamos en un punto lo suficientemente crítico en el punto que decías antes, trascendidos ya no bastan, declaraciones de voceros ya no bastan, necesitaría ser el propio presidente electo con algún comunicado, con algún pronunciamiento oficial, diciendo ésto es lo que vamos hacer.

Exacto y asumiendo, por ejemplo, lo que pase con el tipo de cambio en los próximos días, asumir las consecuencias y probablemente también conviene añadir que estamos en un contexto internacional bien difícil. Una parte en lo político o sea en desastres como el que pasó ayer en Brasil con Bolsonaro, no sabemos cómo van a salir las elecciones en Estados Unidos, por un lado que ojalá ganen los demócratas para frenar este discurso de odio por parte de Trump, pero los demócratas traen una agenda en algunos casos económica y más radical que la del propio Trump hacia México Entonces como nos vamos a quitar esa etiqueta de villanos, qué le va pasar a Italia con respecto a su permanencia en la unión monetaria de Europa. El horno no está para bollos.

La situación está muy difícil, veamos qué le pasó a Turquía hace unos meses, que le paso a Argentina, no queremos estar en esa compañía, qué decisiones debemos de tener para proteger el patrimonio de los mexicanos, su poder de compra, que en esencia esa es la estabilidad económica y aún así digamos, si la deuda de Pemex estuviera más abajo, si el aeropuerto se fuera a hacer en Texcoco, aún así la situación está muy complicada, simplemente con lo que está pasando en el exterior y en ese contexto tan complicado que viene de fuera, creo que estamos mandando más que señales, muchísimo ruido por parte de parte de la economía. Hay muy poco margen de error y el nivel de castigo va a ser muy doloroso.

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