Rescatando a Pemex

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Las calificadoras han estado en el centro de la conversación energética en los últimos días. En particular,. Fitch Ratings publicó hace poco más de una semana su reporte sobre la perspectiva de la empresa, lanzando varias advertencias sobre el desempeño financiero a corto y mediano plazo que deberá tomar en cuenta el próximo gobierno para no provocar una reducción en la calificación.

La crítica de Fitch y el objetivo de su reporte está menos enfocado en el volumen de inversiones que se deben realizar en exploración y producción y más sobre la estrategia global que debe seguir Pemex y los resultados que se quieren obtener. Como dijo la calificadora: “Fitch supervisará los avances relacionados a la estrategia de la compañía y si éstos le permitirán a Pemex tener un nivel de inversiones sostenible que le permita reponer las reservas y estabilizar la producción mientras se mantiene un flujo de fondos libre de neutral a positivo a lo largo del ciclo”.

En su análisis Fitch pone varios retos a vencer y, por ello, analizamos cada uno ellos:

Transferencias altas al gobierno federal

Un elemento que juega en contra de las finanzas de la empresa son las transferencias de efectivo que se hacen al gobierno federal y la deuda en la que se incurre para poder hacerlo.

En promedio, las aportaciones de Pemex al erario público han representado entre el 25 y 30 por ciento de los ingresos del gobierno federal. Hoy, aunque este porcentaje ha caído a 11.3 por ciento, representa 435 mil millones de pesos.

“Las transferencias permanecen altas en relación con el flujo de efectivo de la empresa. Durante los últimos 5 años, las transferencias del Gobierno federal han promediado 45 por ciento de las ventas u 83 por ciento del resultado operativo ajustado”, explicó Fitch.

Este nivel es bastante alto en relación con el flujo efectivo de la compañía y, como consecuencia, el balance de Pemex ha tenido un incremento importante en la deuda y en el capital contable negativo desde 2009.

El apoyo del gobierno federal hacia la empresa ha sido modesto, pues el apoyo en el pago de pensiones y reducciones impositivas han sido marginales.

Deuda como porcentaje de las reservas 1P

Una de las métricas de la salud financiera de Pemex está en el monto de la deuda en contraposición de las reservas 1P que administra la empresa.

Actualmente, por cada barril de petróleo crudo equivalente que tiene la empresa registrado como reservas probadas (1P), hay 14 dólares de deuda adquiridos. En 2015 este valor era de 9.2 dólares por barril.

Invertir más en exploración y producción es vital para mejorar este indicador. Fitch estima que, para reponer las reservas, se requieren inversiones de entre 15 mil y 18 mil millones de dólares, lo cual dará un costo de descubrimiento, desarrollo y producción de 15 a 18 dólares por barril.

“La inversión en exploración y producción de Pemex para 2017 y el presupuesto de 2018 de 4.5 y 4.3 mil millones de dólares respectivamente, no es suficiente para reponer la producción anual de, aproximadamente, mil millones de barriles”.

Desviarse de E&P para apostar más a refinación

La estrategia de inversiones de Pemex es un elemento clave para establecer la salud financiera de la empresa. Este será uno de los elementos que supervisará la compañía calificadora, particularmente en cuanto a la estrategia para reponer reservas y estabilizar la producción petrolera que es uno de los rubros que genera efectivo.

Si la empresa desvía su prioridad de exploración y producción y, en consecuencia, incrementa significativamente las inversiones en refinación, afecta los precios de las ventas locales o aumenta su nivel de endeudamiento, entonces esto se reflejará en un deterioro todavía más pronunciado del perfil crediticio de Pemex.

Fitch estima que en los siguientes 2 años la producción de Pemex podría caer en promedio 5 por ciento anualmente, antes de estabilizarse. Cualquier incremento potencial de producción por parte de los farmouts, asociaciones y menores impuestos, podrían compensar parcialmente la disminución en el mediano plazo.

Por más que Pemex reduzca sus costos e inversiones en activos, estos tres elementos que resalta Fitch (transferencias al gobierno, nivel de endeudamiento y desvío de sus inversiones a otras áreas productivas) tendrán como efecto que la empresa siga con finanzas deterioradas.

“Si el gobierno mexicano no evita que el perfil crediticio individual de Pemex se deteriore a ‘CCC’, en opinión de Fitch, esto indicará que el gobierno no reconoce la importancia estratégica de la compañía para el país y se podrían generar acciones negativas de calificación para Pemex”, sentenció la calificadora.

Las calificadoras planean los escenarios de riesgo basados en sus análisis de riesgo y no necesariamente significa que se vayan a cumplir; pero si los riesgos son tan altos, ¿no valdría la pena empezar a buscar acelerar procesos, como las rondas, que limiten la exposición de nuestro país a estos riesgos inherentes a Pemex?

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