Mientras la mezcla mexicana remonta a más de 60 dólares por barril a su nivel más alto de los últimos 4 años, Pemex ha visto crecer su riesgo político en las últimas semanas.
Sin importar los ganadores del debate ni de las posturas políticas de los candidatos, la incertidumbre que imprime el clima político en estas últimas semanas ha afectado a la empresa.
Como lo explicábamos la semana pasada a partir de una nota de Justin Villamil, de Bloomberg Markets, el costo de la deuda de Pemex ha aumentado en comparación con la deuda del gobierno mexicano.
Ayer, en nuestro espacio de Pulso IMCO, en colaboración con el Instituto Mexicano para la Competitividad, Manuel Molano explicó que “la mayor brecha entre el rendimiento de los bonos de Pemex y los bonos soberanos del mismo plazo, realmente nos hace darnos cuenta de que ese spread debería haber sido en sentido contrario”.
Con precios más altos de petróleo, las condiciones para las empresas petroleras deberían ser a la baja cuando son comparadas con la deuda soberana.
La política, entonces, es el factor que está “agriando” el beneficio de los precios altos del petróleo.