De regreso a máximos históricos de inversión

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Hace unos días, Joaquín López-Dóriga —al entrevistar a José Antonio González Anaya, director general de Pemex— le dio justo al clavo en la situación que enfrenta la empresa para mantener y crecer su plataforma de producción petrolera: “El único modo de producir más, es meterle más dinero… que no tienen”. La clave, concluyeron tanto el entrevistador como el entrevistado, está en las asociaciones que se puedan concretar para compartir la carga de la inversión y mejorar su capacidad de ejecución, sin elevar la  deuda —ya grande, de por sí.

Bajo el anterior modelo energético de inversión limitada a una sola empresa, Pemex no se podía asociar con nadie ni compartir el riesgo. Los contratos que firmaba con otras empresas eran por el pago de sus servicios, pero no incluían el riesgo exploratorio de desplegar grandes inversiones sin certeza sobre la existencia de recursos. El nuevo modelo ya lo permite. La primera de estas asociaciones ya se logró en diciembre de 2016 para el bloque en aguas profundas —conocido como Trión— donde la ganadora fue BHP Billiton.

Extraer los hidrocarburos de este yacimiento en aguas profundas implicará una inversión de 11 mil millones de dólares, de los cuales el 40 por ciento corren a cargo de Pemex y el restante 60 por ciento (6 mil 600 millones de dólares) son de BHP Billiton. El monto de 11 mil millones de dólares es enorme: es mayor a la inversión total del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México (estimada en poco menos de 10 mil millones de dólares). Sin embargo, es apenas una fracción del universo de inversiones requeridas y que la Agencia Internacional de la Energía (IEA) estimó en 640 mil millones durante los próximos 24 años. Visto desde esta perspectiva, Trión ni siquiera llega al promedio anual de 26 mil 600 millones de dólares que se requerirían.

Como señalamos en nuestro número El Camino a los 640 Mil Millones de Dólares, entre 2011 y 2015, Pemex tuvo su pico de inversión con 14 mil 300 millones de dólares en promedio. Tras la caída en los precios del crudo, se redujeron prácticamente a 7 mil 400 millones en 2016, como se muestra en la Figura 1.

Prácticamente ninguna predicción apunta a que los precios del petróleo vayan a incrementar dramáticamente en el futuro cercano. En este contexto, es de suponerse que la inversión de Pemex en exploración y producción permanecerá relativamente similar (esto pasa en todas las compañías del mundo). Esto deja un claro hueco en inversiones respecto al máximo histórico —que, por cierto, fue el que utilizamos para calcular que México necesita 15 rondas tan exitosas como la Ronda 1 para llegar a la meta.

Hoy dirigimos nuestra mirada a la otra parte de la ecuación: la inversión de Pemex y sus socios. Específicamente, queremos contestar, ¿cuántas asociaciones se necesitan desde Pemex para alcanzar las metas trazadas?

Si Pemex sostiene en los siguientes años el promedio de inversión de 2016, tendrá un faltante de 7 mil millones de dólares para alcanzar el promedio de 2011-2015. En los siguientes 24 años eso significa un hueco de 168 mil millones de dólares.

Por lo tanto, llenar el “hueco” de inversiones entre lo actual y los máximos históricos alcanzados entre 2011 y 2014 implicaría concretar 25 asociaciones del tamaño de Trión (6 mil 600 millones de dólares de inversión privada adicional) para completar las inversiones en los campos que hoy ya opera.

Figura 1: Inversiones anuales de Pemex
Millones de dólares

Fuente: Cálculo propio con base en la forma 20-F de Pemex (p. 10 y 24)

Para llegar a las metas trazadas, urge acelerar el uso de las nuevas herramientas que la reforma le da a Pemex para fortalecerse. Como González Anaya explicó en la misma entrevista con López Dóriga: “La industria de gas y petróleo en todo el mundo es una industria de alianzas. Es una industria donde las grandes compañías del mundo —Exxon, Shell— compiten ferozmente entre sí pero, a la vez, no deben tener menos de 30 y quizá hasta 100 proyectos en conjunto. A Pemex no se le permitía hacer. Ahora ya lo podemos hacer y eso nos ha permitido entrar a aguas profundas, tener más inversión, compartir riesgo, compartir tecnología, etc”.

Actualmente, Pemex tiene en marcha 3 asociaciones más en proceso de licitación (para campos en tierra y aguas someras) y una pendiente de convocarse, para aguas profundas. En su Plan de Negocios, Pemex señala que entre 2017 y 2018 planea buscar un socio  en proyectos que suman 163 asignaciones donde hoy ya opera la empresa. Las áreas de interés son variadas: desde proyectos de gas no asociado en Burgos y Veracruz, a proyectos terrestres, Chicontepec y algunas en aguas someras.

El tamaño del reto es enorme. Más si consideramos que los proyectos señalados en su Plan de Negocios ya no indican más proyectos en aguas profundas —que, por su escala y complejidad, tienden a requerir más capital— sino que apuntan a proyectos de menor volumen de inversión, como los proyectos terrestres y de aguas someras.

Urge pisar el acelerador.

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