¿Cómo lograr un sector de hidrocarburos competitivo y transparente?

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Luis Mauricio Torres Alcocer | @MauAlcocer

El pasado 28 de junio el Natural Resource Governance Institute (NRGI) publicó la más reciente edición del Índice de la Gobernanza de los Recursos Naturales 2017. El estudio evalúa la manera en que 81 países ricos en minerales e hidrocarburos administran estos recursos y los ingresos fiscales derivados de ellos. Esta comparación internacional es capaz de decirnos de qué manera la reforma energética impulsa la gobernanza, la transparencia y la rendición de cuentas del sector de hidrocarburos en México.

Índices de este tipo son importantes porque son objetivos y ayudan a comunicar de mejor manera las virtudes de una reforma que abre al sector privado la participación en el sector antes controlado únicamente por Pemex. Por otra parte, arroja luz sobre los aciertos —pero también las áreas de oportunidad— que tienen las nuevas regulaciones. Adicionalmente, este índice es un buen indicador de la capacidad del sector petrolero mexicano de atraer y retener talento e inversiones. Para las empresas, este estudio puede ser una buena medición de qué tan riesgoso es participar en los procesos de licitaciones y competir en un ambiente de apertura relativamente nuevo.

Para el sector de petróleo y gas, NRGI otorga 61 puntos de 100 posibles a México, por arriba del promedio de países evaluados que es de 48. Con esta calificación México se coloca dentro del grupo de países con una gobernanza del sector de hidrocarburos “satisfactoria”. En este sentido, nuestro país se encuentra bien evaluado en temas como el otorgamiento de asignaciones y contratos de exploración y extracción, así como el desempeño de Pemex. Uno de los pilares más débiles es el relacionado con la administración de los recursos fiscales obtenidos de las actividades de exploración y extracción de petróleo y gas.

Desafortunadamente no existe una medición previa comparable que nos permita determinar si las nuevas regulaciones del sector mejoraron o no las condiciones de gobernanza. Sin embargo, sí podemos decir que existen nuevas atribuciones y procesos en la legislación que cumplen con estándares mundiales. Sin duda la transparencia del regulador de la administración de contratos, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) ha impulsado de manera importante la calificación de México. En ocasiones anteriores en Pulso Energético se han comentado los altos estándares de transparencia que la CNH está siguiendo para los procesos de licitaciones y publicación de información sobre el sector. Muchos de los logros de la CNH en materia de transparencia han sido documentados por NRGI en otro reporte preparado especialmente para el regulador. Este y otros esfuerzos por mejorar las capacidades de la CNH, de la mano de recomendaciones de miembros de la sociedad civil y la academia, han mejorado los procesos de transparencia y rendición de cuentas muy rápido desde la promulgación de la Reforma Energética. La CNH ha sido un regulador muy proactivo y exitoso, pero ¿qué puede hacer para cumplir su objetivo de ser el regulador más transparente del mundo?

Durante años, a nivel global, los reguladores como la CNH han adoptado mecanismos de transparencia con un enfoque que permite a los operadores privados hacer negocios de manera menos riesgosa con el gobierno. La información estaba destinada a inversionistas que necesitaban conocer datos geológicos, términos de competencia para la asignación de licencias de exploración y producción, así como los términos legales y fiscales de contratos. Por primera vez en la historia México se enfrenta a este reto y lo ha hecho de manera eficaz. Además, no únicamente se ha centrado en la transparencia para hacer negocios, sino la transparencia para la ciudadanía que tampoco está acostumbrada a un sector petrolero abierto.

Si bien durante el breve periodo en que la CNH ha cumplido con su nuevo mandato se han observado avances significativos, aún existen recomendaciones basadas en mejores prácticas internacionales. La primera y probablemente la más importante es poner a Pemex en la misma bolsa que a los operadores privados. La empresa productiva del estado debe estar sujeta a los mismos requisitos de divulgación del proceso de asignación así como el seguimiento de sus contratos y cumplimiento regulatorio incluso para proyectos que ha operado durante décadas.

Pemex es un animal viejo en una selva completamente nueva. Tiene por Ley nuevas atribuciones y funciones, sin embargo no se ha hecho explícito para el ciudadano cómo Pemex se integra al panorama competitivo donde existen empresas privadas. Las reglas de transparencia y rendición de cuentas y la manera en que se hace pública información contractual, por ejemplo, deben aplicarse por igual a empresas con participación estatal y privadas. Pemex es hoy un competidor más de la industria, los operadores privados no deben enfrentarse en desventaja de escala ni tampoco de requerimientos de divulgación de información.

El segundo tiene que ver con garantizar un ambiente de competencia eficaz. Los procesos de licitación y firma de contratos han superado estándares globales, lo cual ciertamente genera certidumbre entre empresas e inversionistas. Sin embargo aún se puede hacer más por divulgar información sobre los beneficiarios reales de las empresas que participan en los procesos. Esto permitirá reducir las áreas de maniobra para empresas fachada o cuyos propietarios tengan conflictos de interés por ser personas políticamente expuestas. Ambas prácticas pueden ser nocivas para la competencia del sector.

Por último, en el largo plazo se debe asegurar que los mecanismos que hoy existen para la divulgación de información contractual y la integración de información en un solo portal permanezcan sólidas ante posibles cambios institucionales. El portal de información contractual de la CNH debe blindarse con convenios interinstitucionales con otros organismos que alimentan de información al sitio. Además de generar mecanismos para formalizar la existencia de estas plataformas de información para que sean la fuente oficial de información del sector y de divulgación. Para dar seguimiento a contratos con más de 30 años de duración se deben utilizar todos los medios para evitar que las plataformas sean obsoletas, tener capacidad para generar actualizaciones de los términos a los que se enfrentan los operadores y mantener un canal de divulgación que no dependa de la voluntad política de los funcionarios públicos al frente de los órganos reguladores del sector.

En conclusión, las normas del sector definidas en la reforma de 2013 imponen nuevas atribuciones a reguladores y delinea procesos de transparencia que hacen más eficiente al sector. La medición de NRGI indica que el diseño y operación de estas nuevas regulaciones van por buen camino, pero debemos atender las recomendaciones para tener un sector competitivo y con esquemas de transparencia de clase mundial.

 

* Luis Mauricio Torres es Investigador del @imcomx.

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