Cambiemos la forma de pensar y administrar el shale mexicano

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El desarrollo de los recursos no convencionales depende de la conjunción de licitaciones que atraigan inversiones y de paciencia para desarrollar los recursos. Sin embargo, otro elemento que jugará un papel esencial en la industria es la adecuación en la ejecución de los procesos regulatorios que hoy son una costumbre.

Tanto en Estados Unidos como en otros países que tienen alto potencial para explotar el shale —y que están incentivando a su industria a hacerlo— las autoridades han tenido que modificar sus procesos para adaptarse al torrencial de información que emana de la industria y agilizar las autorizaciones para no ser un obstáculo de tramititis.

Aquí algunos de los cambios:

 

  • Escala de operación

Mientras que los yacimientos convencionales pueden desarrollarse con pocos pozos que permanecen activos por un lago periodo de tiempo (varias décadas), en el caso de la extracción de shale requiere la perforación de muchos pozos que tienen una vida productiva muy corta, de unos años.

El impacto regulatorio que estos pozos nuevos van a generar por la solicitud de permisos y monitoreo, elevarán considerablemente la carga de trabajo de los órganos reguladores, quienes deben demostrar su madurez con fuertes habilidades técnicas.

 

  • Administración de la información

Los datos y la información que emanará de los pozos no convencionales, son bastante significativos. Esto puede requerir nuevos estándares de reporte y de procesamiento de la información, así como de una estrategia de gobernanza que defina los roles y las responsabilidades de cada entidad regulatoria.

 

  • Colaboraciones sin precedentes

En operaciones para actividades convencionales, la comunicación entre el operador y el órgano regulador es, principalmente, uno a uno. Es decir, los operadores no tienden a compartir la información con la comunidad pues muchos de los datos que se obtienen son confidenciales y con derecho de exclusividad. Sin embargo, las operaciones de gas shale, para poder alcanzar la eficiencia requerida —y por ende, eficiencia económica— el regulador debe propiciar, e incluso fomentar, un ambiente de diálogo cooperación, colaboración y aprendizaje entre los distintos operadores y los prestadores de servicios petroleros.

Esto no sólo implica un cambio cultural de la industria, sino también la creación de nuevos mecanismos de aproximación y de plataformas de convivencia. Será muy necesario modificar el acercamiento a la administración de la información para ir de “data-at-rest” a una modalidad de “data-in-motion” accesible para las distintas partes que quieran colaborar entre sí.

 

  • Transparencia

Aunque en sus inicios, la industria del shale estuvo fuera del ojo público, en este momento forma parte de los temas de alto interés para las personas debido al gran impacto que pueden generar en el uso de agua fresca, medio ambiente, hábitat natural, agricultura, red de transporte y uso de la tierra.

Por ejemplo, uno podría argumentar que Vaca Muerta está en un área con baja densidad poblacional y que, por estar alejado del ojo público y que, por ello, muy probablemente no será objeto del escrutinio público. Sin embargo, esto cambiará en el corto plazo, por lo cual se necesita una nueva plataforma que permita compartir información relevante con el público.

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