Pulso semanal del 22 de octubre: ¿Aguas profundas no funcionan? Brasil nos muestra sus datos / ¿Quién es quién en aguas profundas? / ¿Cómo llegamos a aguas profundas?

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Después de la caída en los precios del petróleo en 2014, todo parecía indicar que las aguas profundas habían perdido su atractivo en el mundo por los altos costos de explorar en estas cuencas y los plazos largos de desarrollo. La buena noticia es que desde entonces, la industria hizo varios ajustes que están trayendo de vuelta estos proyectos a las carteras de inversiones: se redujeron los costos, se estandarizaron procesos y se descubrieron nuevas cuencas con buena prospectiva.

Uno de los ejemplos más importantes de este segundo aire nos lo ha dado Brasil, quien en su última licitación ―la Ronda 16 que se celebró hace unos días ― colocó 12 nuevos bloques para que las empresas petroleras puedan explorar en ellos y recaudó un monto récord en bonos a la firma de los contratos .

La historia en México de las aguas profundas va en una dirección distinta. En nuestro análisis de esta semana explicamos que, a pesar del potencial de producción que podría tener México ―300 mil barriles para 2035 según McKinsey y 900 mil barriles para 2040 según la AIE― la administración federal ha descartado que Pemex continúe, por ahora, realizando actividades en estas cuencas para centrarse en el potencial en sur y sureste del país, en aguas someras. Este cambio de timón de los objetivos va más enfocado a generar rentabilidad en proyectos de menores costos.

Si bien la exploración en aguas profundas avanza a partir de los 27 contratos petroleros licitados en las rondas 1.4 y 2.4 ― en varios de ellos ya se han perforado varios pozos―, esta actividad no es suficiente para aprovechar todo el potencial que tenemos. Aunque no es posible comparar a México directamente con Brasil dada la diferencia de escalas, la madurez de las cuencas y el esquema fiscal diferenciado, sí podemos aprender del caso brasileño para atraer capital, tecnología, talento y desarrollo para nuestros yacimientos de la mano tanto de la empresa del Estado como de la participación privada.

Gracias por leernos,

Alejandra

alejandra.lopez@fticonsulting.com

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