El shale parte de una premisa fundamentalmente diferente que la producción de recursos convencionales: en vez de buscar un punto específico donde se concentran los recursos para anclar su desarrollo, busca áreas amplias con el mejor potencial–“sweet spots” donde se pueden perforar una buena cantidad de pozos a partir de una estrategia adaptativa. La diferencia tiene impactos económicos y financieros profundos: comparado con un desarrollo convencional, la industria shale es más rápida y flexible.
Mientras México considera la construcción de las bases de licitación, los siguientes puntos podrían ayudar a que el marco legal y fiscal permita aprovechar responsablemente el potencial de shale mexicano.
- Utilizar contratos de licencia
En contraste con los contratos de producción compartida, los contratos de licencia representan una menor carga administrativa, tanto para el Estado como para las empresas. Por lo tanto, se pueden administrar de una forma más “ágil y expedita”.
Considerando que los planes de desarrollos de shale frecuentemente se adaptan conforme nuevos pozos generan más información y conforme las condiciones económicas cambian es crucial que, administrativamente, los contratos sean más flexibles y menos burocráticos. Es importante considerar que los contratos que ya se usaron para campos terrestres también son licencias.
- Considerar, entre la exploración y el desarrollo, una fase piloto de evaluación
Por su naturaleza, el shale tiende a tener tasas de producción inicial que declinan rápidamente, que pueden disminuir rápidamente. Por lo tanto, puede ser un poco más complicado estimar el potencial total (EUR) de un bloque a partir de pocas observaciones individuales. (Aquí puedes encontrar un buena explicación del tema).
Un programa piloto dentro de la fase de evaluación permitiría estimar con mayor certeza el potencial y ver, no sólo cómo se comporta el yacimiento, sino también los costos estimados antes de plantear un programa de desarrollo.
- Darle mayor flexibilidad al plan de desarrollo
Como ya explicamos, el desarrollo de shale es un proceso adaptativo, donde la información de los pozos más recientes se utiliza para optimizar el diseño de nuevos pozos. Permitir mayor flexibilidad en la ejecución de los planes de desarrollo facilitaría la optimización de los proyectos, en pro de la productividad de la industria.
- Marco fiscal que incentive la actividad inicial
Considerando la importancia del shale para poder desarrollar una industria de gas nacional, y la formidable competencia que enfrenta a partir de la industria de shale estadounidense, un modelo fiscal que incentive la actividad inicial sería un paso importante para permitir que los primeros desarrollos mexicanos sean competitivos. En Alberta, Canadá, por ejemplo, las regalías del primer año de producción de un pozo se fijan en un porcentaje menor al resto de la vida del pozo.
También es importante que, en la medida de lo posible, se simplifique el cálculo de las regalías e impuestos, haciendo más visible para la comunidad el beneficio fiscal que reciben por el desarrollo de la industria en su localidad.
- Regulación evolutiva
La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) publicó, hace unos días, regulación comprehensiva estricta y responsable, atendiendo las principales preocupaciones del sector ambiental. Con el tiempo, la regulación debe evolucionar para incorporar las lecciones aprendidas en la implementación inicial y continuar acercándose a estándares internacionales de regulaciones eficientes.