En el mundo hay varias experiencias exitosas de incentivos tanto para la producción de gas natural como para su procesamiento, almacenamiento y venta. Construyendo sobre el trabajo de la Comisión Nacional de Hidrocarburos concentrado en su reciente libro que presentó la semana pasada, estos son algunos de los ejemplos internacionales más relevantes:
- Estados Unidos
Es el referente internacional por excelencia para desarrollar su sector energético. Algunas de sus medidas son incentivos fiscales (como la deducibilidad acelerada de gastos de capital); subsidios y subvenciones para el desarrollo de la actividad petrolera en distintos estados; exenciones fiscales; provisión de bienes y servicios a precios subsidiados o por debajo de los precios de mercado.
- Argentina
Ante la caída en la producción de gas natural, Argentina modificó su regulación, declarando en 2012 que incrementar la producción de gas era de interés público nacional. En 2014 se reformó la Ley 27.007 para incentivar la producción de gas natural en yacimientos no convencionales con esquemas atractivos como otorgar plazos más largos para desarrollar los campos; reducción de las regalías y la promoción de inversiones para los proyectos superiores a los 250 millones de dólares. En uno de los movimientos más recientes del país, en 2017 Argentina publicó un programa de estímulos que garantiza una remuneración mínima para los nuevos proyectos que se desarrollen en la cuenca de Vaca Muerta.
Otro factor clave fue YPF (la empresa petrolera del Estado), en asociación con compañías internacionales, le apostó fuerte al shale – logrando de-riskear la cuenca de Vaca Muerta a partir de trabajo e inversión sostenida; los términos fiscales le dieron un apoyo decidido a la producción de shale.
