Con los recientes cambios, tanto tecnológicos (revolución shale) y legales (creación del nuevo modelo energético mexicano), la autosuficiencia petrolera de Norteamérica está al alcance. Si bien esto no significa autarquía, que ni es realista ni alcanzable, si significa progreso en un indicador importante de productividad.
El punto en que la oferta primaria de hidrocarburos exceda a la demanda en señal de competitividad del sector energético podría alcanzarse, de acuerdo con datos de la Agencia de Información Energética recopilados por el American Petroleum Institute, antes de que termine la década.