Lo que upstream le puede enseñar a refinación

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Idea central: Tras 4 años de adjudicar contratos en concursos competitivos, el sector de exploración y producción tiene varias lecciones sobre lo que puede funcionar en los planes de la nueva administración federal para construir refinerías y modernizar las ya existentes.

La importancia de una licitación.- En los últimos días, la atención al sector energético se ha centrado en los planes que anunció el virtual ganador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador para construir 2 refinerías nuevas y reacondicionar las 6 ya existentes. Obras de este tamaño, que apuntan a ser el emblema de infraestructura de la nueva administración, representan una enorme oportunidad para refrendar las prácticas de competitividad y transparencia en los que México, bajo su nuevo modelo energético, se ha posicionado como un referente global.

Aun no hay claridad sobre cómo el equipo de energía de López Obrador, encabezado por Roció Nahle, está pensando desarrollar los proyectos. Podría ser a través de la Secretaría de Energía o de Pemex; con sólo inversión pública, sólo inversión privada o una mezcla. Pero, por la centralidad que está tomando la nueva administración en idear los planes y hasta su posición geográfica, suena a que se necesita licitar.

Una licitación pública e internacional apunta a ser el mejor mecanismo para llevar a cabo estos proyectos, ya que reducen la especulación y previenen actos de corrupción al tener la información al alcance de todos los ciudadanos y de las personas interesadas. Además, dan un piso parejo que libera al proyecto de discrecionalidades, al menos dentro de la primera fase de conceptualización y concreción.

La experiencia del upstream. Las licitaciones que se han llevado a cabo desde el gobierno federal en exploración y producción ofrecen tips y guías generales que se pueden aplicar para otros concursos como los de las refinerías que planea realizar la nueva administración. La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), en específico, ha sido reconocida por observadores nacionales e internacionales como una organización que ha redefinido la manera de pensar en transparencia en licitaciones petroleras.

Aquí recuperamos 4 lecciones aprendidas desde el sector petrolero que pueden servir para concretar un proyecto en otro segmento de la cadena:

  1. Transparencia y máxima publicidad

Las licitaciones petroleras han sido concursos públicos e internacionales. Distintas autoridades en el mundo han reconocido que los protocolos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) aportan certeza y seguridad sobre la adjudicación de los contratos mismos.

Estas prácticas rebasan los estándares mínimos internacionales ya que, por ejemplo, ni los comisionados de la CNH ni los funcionarios de la dependencia se pueden reunir en audiencia privada con los participantes si el tema a tratar son las licitaciones petroleras.

Además, en un solo evento se presentan las propuestas para adjudicar los contratos a la vista de todo el público; los eventos se graban y se transmiten simultáneamente por internet y redes sociales; los sobres con las propuestas se entregan uniformemente por todos los concursantes para evitar dar ventaja a alguno de ellos; las variables de licitación son claras, de parámetros que se dan a conocer a todos los participantes con anticipación.

En cualquier licitación, los procedimientos de transparencia son indispensables para asegurar que el contrato adjudicado llegó a la empresa más competente y la que puede realizar el mejor proyecto posible.

El objetivo de hacer que cualquier persona pueda acceder a todas las actas de reuniones, al evento donde se concursa el contrato, a la ceremonia de adjudicación y firma de los contratos, a las sesiones de trabajo, etcétera, reduce la especulación sobre el proceso mismo y reduce los incentivos para cometer actos de corrupción que están a la vista de todos.

  1. Proceso abierto y competitivo

Otra arista de transparencia en las licitaciones petroleras es que cualquier empresa puede participar, siempre y cuando cumpla con un grupo de requisitos mínimos para llevar a cabo las obras.

Esta apertura a la participación de múltiples empresas permite asegurar que el proyecto se está llevando a cabo por compañías competentes y que no hubo barreras de discriminación para evitar que alguna pudiera participar en el proyecto.

      3.  Riesgo compartido

Uno de los problemas de los grandes proyectos de infraestructura es que pueden terminar en sobrecostos y en obras que son muy pesadas dentro de las finanzas públicas. En E&P este riesgo se ha mitigado a partir de trasladar los costos a las empresas privadas a través de incluir los incentivos correctos dentro de los contratos que se firman.

4. Estabilidad a largo plazo

Las cláusulas de no renegociación de los contratos, una vez que se han definido sus parámetros económicos y de trabajo, son necesarias para garantizar que cualquier gobierno tiene el objetivo de mantener los compromisos que adquiere.

Estas cláusulas de no renegociación (que no son las mismas que las cláusulas de terminación anticipada) permiten que las inversiones sean firmes y evitan costos innecesarios a los gobiernos, los cuales pueden generarse por la incertidumbre de que en cualquier momento el contrato pueda cambiar.

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