Por: Javier Emilio Vázquez
A lo largo de los semestres siempre escucho de profesores, ingenieros y personas relacionadas con la industria cosas como “debes de aprender bien, cada vez hay más competencia”, o “deberías de estudiar una segunda carrera”, inclusive palabras como “no te sirve lo que aprendes en la escuela”; a lo que yo me pregunto ¿realmente nos están preparando de la forma más adecuada para enfrentarnos a la realidad?
Desde hace tiempo he tenido la duda de qué estoy, realmente, aprendiendo. De esta pregunta nació la inquietud de inquietud de revisar los planes de estudio de mi escuela donde encuentro que el plan no se sigue estrictamente al pie de la letra en las aulas porque hay contenido que es redundante y repetitivo en distintos semestres.
Lo curioso es que no soy el único que vive esta misma situación día a día. Gracias a la interacción que he tenido con otros compañeros (y próximos colegas de trabajo) a partir de eventos donde podemos convivir distintas universidades —como el Congreso Mexicano del Petróleo— he podido ver que los alumnos se enfrentan exactamente a la misma situación en la UNAM, en la UV, en la UNACAR, por mencionar algunas, donde la mayoría carece de conocimientos sobre las nuevas tecnologías, de forma que otros carecen de conocimientos técnicos o hay deficiencias en la parte teórica. Aunque puede existir una rivalidad entre escuelas por el contenido de nuestro plan de estudios, la realidad es que ninguno está completo y en todos hay vacíos que percibimos como estudiantes.
Gracias a sociedades como la Society of Petroleum Engineers (SPE) y compañías que en ocasiones abren sus puertas a estudiantes para conferencias, talleres y cursos, he conocido estudiantes de múltiples carreras, donde abundan futuros ingenieros petroleros de escuelas de otras entidades. Esos son los momentos donde compartimos conocimientos, de los cuales se crean buenas amistades. Momentos donde aprendemos unos de otros y complementamos ideas, buscando así enriquecer nuestra formación estudiantil y ampliar nuestros horizontes. En esos mismos eventos comparamos lo que nos enseñan en las escuelas, a lo que vemos que muchas ocasiones son conceptos muy distintos unos de otros, que abren la duda de realmente a quien se lo están enseñando de la manera correcta.
Pero no es para ponernos tristes, al contrario, por desgracia la reforma energética sucedió en un momento en el que la industria a nivel mundial bajó; es el momento de comenzar a preocuparnos realmente por este cambio, ya que no es tan fácil como en décadas pasadas. Ahora realmente existirá la competencia, donde será contratado el que tenga los conocimientos más completos, con bases bien fundamentadas.
Es por esto por lo que invito a las escuelas —principalmente las públicas, ya que son las que carecen en muchas ocasiones de recursos— a trabajar de una forma conjunta por la formación del talento petrolero en el país.
Esta industria requiere de generar conocimiento conjuntamente y las Universidades del país tienen entre sus plantillas de profesores y de alumnos una riqueza incomparable de sabiduría que hoy no se alcanza a integrar a partir de convenios unilaterales entre universidades. Hace falta un punto de congregación más grande y completo que permita contrastar Planes de Estudio, actualizar la enseñanza a las nuevas tendencias en la industria.
Sería muy interesante ver qué cambios se realizan dentro de los planes de estudio de todas las universidades en el País para atender, integralmente, los retos de la industria petrolera nacional, como campos maduros, yacimientos no convencionales, perforación en aguas profundas, procesos de estimulación, terminaciones inteligentes, por mencionar algunos, temas que en la actualidad son pocas las materias, por no decir nulas, que nos enseñan esto. De igual forma invito a los docentes a tener la iniciativa de cambiar su forma de enseñar, de atreverse a mostrar un poco más de sus conocimientos y de sus experiencias en campo, ya que muchas de las ocasiones se aprenden más de sus vivencias que de la teoría que muchas veces no comprendemos.
Ahora yo te pregunto a ti, estudiante, profesor, investigador, ingeniero, ¿cómo podemos mejorar el futuro de la industria petrolera y del México?
Javier Emilio Vázquez
Es estudiante Ingeniería Petrolera del Instituto Politécnico Nacional
