Lecciones del TLCAN para el contenido nacional petrolero

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Idea central: La propuesta de tener un contenido nacional de más de 80 por ciento en los contratos petroleros ha revivido en voz de la coalición Juntos Haremos Historia. Es un porcentaje que ya fue probado en el sector automotriz en el contexto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) —aunque en ese caso se trata de contenido regional, no de un solo país. La idea ha atraído fuertes críticas de México: implementar esta idea lastimaría la competitividad de la región.

 

Las propuestas para incrementar radicalmente el contenido nacional

La propuesta automotriz de la administración del presidente Trump: En el arranque del proceso de modernización del TLCAN, una de las principales demandas de Estados Unidos fue incrementar los porcentajes de las reglas de origen. Propusieron que, para que un vehículo pueda recibir los beneficios completos de aranceles cero del TLCAN, al menos 80 por ciento de su valor se genere en Norteamérica. Actualmente, este requisito está en 62.5 por ciento.

La propuesta petrolera de la coalición Juntos Haremos Historia: Rocío Nahle, quien ha sido propuesta como Secretaria de Energía por el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto elevar el contenido nacional de los contratos petroleros hasta 80 por ciento. Es su segundo intento: hace un par de años había presentado una iniciativa de ley que lo incrementaba hasta 85 por ciento. Actualmente, la meta de contenido nacional para 2035 es de 35 por ciento.

 

Las críticas a incrementar radicalmente el contenido nacional

En el caso automotriz regional: La rigidez en la integración de cadenas de valor de un producto lastima la competitividad de los productores, como la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz ha explicado recurrentemente. Específicamente, que el contenido nacional (concebido como una oportunidad para generar más empleos locales) sea determinado por mandato, refleja que podría ser menos competitivo que alternativas extranjeras. En el mundo hay ejemplos de los pros y los contras, de los cuales resumimos dos casos y que los puedes encontrar aquí.

En el caso petrolero mexicano: Aunque el argumento en el caso petrolero es esencialmente el mismo, es tentador pensar que la implementación de políticas agresivas de contenido nacional en las industrias extractivas (al tener que estar basadas justo en el lugar donde se produce el recurso) es más factible o menos distorsionante. Esta perspectiva ignora el hecho de que cualquier país compite por capital global para aprovechar sus recursos.

Brasil, por ejemplo, le apostó a una muy agresiva política de contenido nacional bajo la presidencia de Luiz Inacio Lula da Silva. Al principio, parecía factible. Sin embargo, una década después, se volvió evidente que la política se había convertido en un lastre y se terminó revirtiendo. Tal y como el caso brasileño demuestra, si el contenido nacional se convierte en una barrera difícil de superar, el país pierde competitividad y su industria se rezaga.

 

¿Qué tan cerca hemos estado del 80 por ciento propuesto?

Como siempre, la factibilidad de una propuesta depende, en gran parte, del punto de partida. En ese sentido, vale la pena evaluar el contexto previo y actual de contenido nacional en la industria petrolera mexicana

  • El término de contenido nacional en el contexto petrolero, de hecho, se empleó por primera vez en la reforma de 2008 y 2009. Las metas se condensaban en lograr un contenido nacional de 43.9 por ciento en 10 años, además de que se constituyó el Fideicomiso Público para Promover el Desarrollo de Proveedores y Contratistas Nacionales para la Industria Petrolera Estatal.
  • También es tentador pensar que, bajo el esquema de Pemex como único productor de petróleo en el país, el contenido nacional fue elevado. Pero no hay nada más alejado de la realidad. Para satisfacer sus necesidades, Pemex recurría la mayoría de las veces al exterior. De acuerdo con investigación de Miriam Grunstein y Cybele Díaz-Wionczek, en 2009 Pemex reportó que el contenido local de sus compras de bienes fue de 18.6 por ciento mientras que para servicios (que se dividían en 2 clases) fueron de 22.6 por ciento.
  • En el nuevo modelo energético los contratos arrancan con un contenido nacional de 13 por ciento en las áreas donde la industria petrolera ya ha operado (como aguas someras y campos en tierra) con tendencia a alcanzar el 35 por ciento en los siguientes años; pero en aguas profundas y ultraprofundas, este requisito es menor por la falta de experiencia en estas áreas.

 

¿Y la corrupción?

Además de la factibilidad de alcanzar las metas trazadas por políticas agresivas de contenido nacional, organizaciones expertas como Transparencia Internacional advierten que, sin los mecanismos e instituciones correctos, este tipo de políticas pueden generar corrupción. Este tema lo abordamos con mayor detalle en este otro análisis.

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