¿Dónde está la meta para retomar las rondas?

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Desde el principio de su Administración, el presidente López Obrador ha sido claro sobre su posición sobre las rondas y el nuevo modelo petrolero: en cuanto se convenza de que hay buenos resultados, no tendría ningún problema en reactivarlas. Como dijo en su conferencia matutina del 19 de junio:

“El acuerdo que tenemos desde hace ya algún tiempo -es más, lo dije desde el inicio- es que no podemos convocar a nuevas rondas en tanto no tengamos resultados de los contratos que se otorgaron”.

“Si tienen esos contratos y producen, pues entonces sí podríamos pensar en ampliarlos, en nuevas rondas”.

En lo que no hay tanta claridad es en la métrica que se utilizaría para medir los resultados. Se podría pensar, por ejemplo, que el simple hecho de cumplir con los contratos, desplegando las inversiones en tiempo y forma podría ser suficiente para demostrar que las cosas van marchando bien. Como Pemex ha demostrado recientemente, tan sólo cumplir con los programas mínimos de trabajo comprometidos en contratos (en su caso, asignaciones) puede ser una tarea difícil de cumplir.

Pero, como se observa en la declaración anterior, el Presidente sí está siendo claro en que su mayor interés es hacer crecer la producción petrolera. Hace sentido trabajar en esta dirección.

En este caso, la única meta específica que se ha mencionado es la de producir 280 mil barriles diarios antes del cierre de la Administración. Pero, lógicamente, esta no puede ser la única meta que el Presidente utilice para considerar si reactiva las rondas y los farmouts. Se requiere una meta intermedia, que pueda definir un umbral apropiado para mostrar que el nuevo modelo (no sólo los contratos de rondas – sino todos los contratos del nuevo modelo) están funcionando.

Con esto en mente, en Pulso Energético nos dimos a la tarea de investigar y proponer cuál sería este umbral de producción que demuestre que el nuevo modelo energético está ofreciendo resultados adicionales a los que ya se han conseguido con las actividades de exploración. Una meta de este tipo permitiría no sólo medir el éxito alcanzado por los contratos otorgados en las rondas y las asociaciones, sino que también establecerían un plan de trabajo que demuestre la capacidad de crecimiento que tienen las áreas y el efecto de la diversificación de las fuentes de inversión.

La meta que proponemos son 50 mil barriles diarios.

Es una cifra que, al alcanzarse, mostraría que la escala de despliegue de las nuevas herramientas ya es importante.

La industria está cerca de esta meta. Si se mantiene el ritmo de crecimiento que se ha observado hasta ahora, se abriría la posibilidad de alcanzar las expectativas de la presente administración.

Hoy los contratos petroleros están produciendo alrededor de 39 mil barriles diarios. En este volumen se encuentran los proyectos donde Pemex cambió del viejo modelo (asignaciones) al nuevo (contratos) y los opera bajo asociaciones con otras empresas. Desde julio de 2019, también se agregan los barriles que está produciendo Eni con el arranque de Miztón.

 

 

Fuente: Sistema de Información de Hidrocarburos, CNH.

 

Claro que hay otros indicadores tempranos de éxito. Es necesario destacar que los contratos que fueron adjudicados con producción en curso (concursados en la tercera licitación de la Ronda Uno) han tenido un crecimiento de 232 por ciento en su producción al pasar de mil 396 barriles diarios a casi 5 mil barriles actualmente.

También destacan las migraciones con socio de Pemex ―que hoy aportan 29 mil barriles diarios― los cuales han logrado incrementar su producción y, en algunos casos, triplicarla. Estos contratos migrados (Ogarrio, Cárdenas-Mora, Santuario, Miquetla y Ébano) le aportan a la empresa un esquema de pago de impuestos y derechos que es diferente al que tenía bajo el modelo de asignaciones. Si bien la empresa no necesariamente paga menos impuestos y derechos, sí puede administrar los pagos de una forma diferente.

Fuente: Sistema de Información de Hidrocarburos, CNH.

 

La meta de 50 mil barriles diarios está cerca. Si se concretan los planes de desarrollo de los tres contratos de la ronda 1.2 y el resto continúan su operación como está esperada, en 2020 podríamos alcanzar esta meta.

Estos barriles ya representan una aportación significativa al erario público, ya que el país la capitaliza a través del pago de impuestos, derechos y regalías y por la venta de los barriles que se comparte con las empresas que administran los contratos.

Para estimar el impacto económico por la comercialización de estos 50 mil barriles diarios, considerando un valor de la mezcla mexicana de exportación promedio en los niveles en los que se considera en la iniciativa de Ley de Ingresos de 2020 de 55 dólares por barril, significa que cada día se generarían 2 mil 750 millones de dólares por la venta. Al año, 50 mil barriles significan un valor de mercado de más de más de mil millones de dólares.

Como lo hemos señalado en números anteriores, pocas industrias en el país generan este volumen de ingresos a partir de desarrollar una fracción del potencial que tienen. Con esta visión, es importante que la nueva administración defina si esta medida de los 50 mil barriles son un volumen suficiente para considerar la reactivación de las rondas y continuar con un esquema económico que le permitiría al país aprovechar en una mayor proporción sus recursos disponibles.

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