Potencial Mexicano

Generar suficiente energía para abastecer la creciente necesidad de consumo es uno de los grandes retos del siglo XXI. A pesar de las constantes mejoras en eficiencia energética, se estima que la demanda global de energía tendrá que crecer en más de 30 por ciento hacia 2040 para poder seguir impulsando el crecimiento económico.

Casi todos los organismos internacionales pronostican, como se explica en esta sección, que la demanda se abastecerá con una mezcla de energéticos cada vez más diversificada. Pero todos también son muy claros en afirmar que el petróleo y el gas natural—por su abundancia, bajo costo y facilidad de almacenaje y transporte—seguirán siendo la fuente principal de energía.

En este contexto, la creación del Nuevo Modelo Energético Mexicano en la parte de hidrocarburos es particularmente oportuna. México tiene la posibilidad de aprovechar sus recursos petroleros al máximo y, con ello, impulsar su desarrollo económico.

Oportunidad energética

  • De hoy a 2040, la demanda energética de México crecerá 20 por ciento. La del mundo en 30 por ciento.
  • Al menos la mitad de esta energía, de acuerdo con un consenso entre los expertos, se generará a partir de gas y petróleo.
El desarrollo humano, la calidad de vida y el crecimiento económico van de la mano con el consumo de energía. Como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) ha explicado:

“La energía contribuye a un ciclo virtuoso de mejoras humanas, económicas y sociales que son esenciales para el desarrollo sustentable”.

Sin energía abundante, la expectativa de vida, el crecimiento económico y el desarrollo humano y tecnológico serían menores.

En la historia del desarrollo energético, el gas y petróleo tienen un rol protagónico. Al tener marcadas ventajas comparativas, como ser capaces de concentrar grandes cantidades de energía en volúmenes pequeños y ser almacenables y fácilmente transportables, el gas y petróleo han llegado a ocupar una clara mayoría en la mezcla (frecuentemente llamada matriz) global de fuentes primarias de energía: alrededor del 60 por ciento de la energía consumida a nivel mundial viene del gas y petróleo.

Durante las próximas décadas, aunque se busca generar una mayor diversidad de suministros y moverse cada vez más hacia fuentes con el menor impacto ambiental, los expertos prevén que las ventajas que el gas y el petróleo proporcionan a la economía global mantendrán a estas importantes fuentes de energía en un lugar importante de la matriz energética. En el caso específico del gas natural, dado su potencial para reducir las emisiones de carbono a la atmosfera al reemplazar al carbón para la generación de electricidad, se pronostica un amplio crecimiento en su producción y consumo. Por ejemplo, la Agencia Internacional de Energía pronostica que, entre 2016 y 2040, el consumo de gas natural incrementará en 40 por ciento, casi el doble del ritmo del crecimiento de la producción total de energía en el mismo periodo como se muestra en la Figura 1. Incluso en países en desarrollo, como México, se espera que el crecimiento en la demanda de energía sea superior al promedio mundial porque más personas requerirán acceso a la electricidad y a bienes de consumo como parte del desarrollo social y económico.

Figura 1
Demanda primaria de energía en México
(Millones de toneladas de petróleo crudo equivalente)

Fuente: Mexico Energy Outlook p. 116 y World Energy Outlook 2015 página 584.

En general, las organizaciones internacionales líderes en el tema han concluido que, en 2040, el gas y el petróleo seguirán siendo los claros líderes entre fuentes primarias de energía. La Agencia Internacional de la Energía (que depende de la OCDE), la Administración de Información Energética de Estados Unidos, el Consejo Mundial de la Energía y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) coinciden en distintas publicaciones que, entre 2035 y 2040, al menos la mitad de la energía que se consuma provendrá del gas natural y del petróleo. Las predicciones de las principales compañías de energía coinciden, como se muestra en la figura 2.

Figura 2
Demanda de petróleo y gas natural a 2035 y 2040
(% de la matriz energética total)

Fuentes: Perspectives (Statoil) p.8; World Energy Outlook (IEA) p. 57; World Oil Outlook (OPEP) p.66; Outlook to 2035 (BP) p. 14; World Energy Scenarios (WEC) p.38; Outlook For Energy (ExxonMobil); Annual Energy Outlook (EIA)

También se pronostica que las tecnologías alternativas (eólica y solar, principalmente) serán las de crecimiento más rápido, ganando una mayor participación en la matriz energética mundial. Pero, aun cuando el crudo (petróleo) y el gas natural reducirán su participación en términos porcentuales de la mezcla global, su uso—en términos absolutos—seguirá creciendo en las siguientes décadas. Incluso después de que la demanda de crudo comience a disminuir a nivel mundial, lo cual se estima que ocurra después de dos a cuatro décadas, el volumen de crudo que la economía global necesitara en las siguientes décadas dependerá del desarrollo de enormes nuevos yacimientos. Es decir, el gas y el petróleo están destinados a continuar jugando un papel relevante en la economía mundial—conservando su rol como recursos valiosos y estratégicos en el futuro previsible.

¿Qué significa esto para nuestro país?

México, como la siguiente sección detalla, tiene una privilegiada combinación de recursos petroleros por descubrir y aprovechar, crecimiento de su demanda de combustibles fósiles—lo que hace que estos recursos sean útiles y valiosos, como la sección sobre impacto económico explica.

Sin embargo, hace apenas pocos años, México iba en dirección opuesta, con pocas opciones para poder revertir la tendencia y aprovechar sus recursos plenamente. De ahí el valor del nuevo modelo energético mexicano que, precisamente, se pensó como una solución para que el país pueda aprovechar el panorama global, al recuperar su rol de liderazgo en el mundo petrolero.

 

Oportunidad petrolera

  • La demanda energética de México crecerá 20 por ciento en los próximos 24 años.
    La del mundo incrementará en 30 por ciento.
  • El uso del petróleo y del gas natural seguirá creciendo como fuente de desarrollo mundial. Hacia 2040, se estima que al menos la mitad de la producción de energía del mundo provenga de estas dos fuentes.
El potencial petrolero de México es, de acuerdo con los expertos, tan prometedor como su pasado.Gracias a la creación del nuevo modelo energético mexicano, la Agencia Internacional de Energía pronostica en su Mexico Energy Outlook (página 69) que, en 2040, la producción de petróleo podría alcanzar nuevamente 3.4 millones de barriles diarios y aproximadamente 5 mil 800 millones de pies cúbicos de gas natural diarios—el máximo histórico que se alcanzó hace más de una década y que hoy parece muy lejano. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es aún más optimista: en su prospectiva de 2016 (página 170), pronostica que México podría alcanzar 4.3 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (gas y petróleo sumados).

Sin embargo, lo que antes llevó a México a picos históricos en su producción de gas y petróleo es muy diferente a lo que el México de ahora necesita para alcanzar su potencial, como el Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC) explicaba desde hace unos años en su informe 3 Dilemas. Un diagnóstico para el Futuro Energético.

Los pesimistas apuntan a que no sólo Cantarell y Ku Maloob Zaap, los dos yacimientos super-gigantes mexicanos, ya dejaron atrás su pico de producción, sino que también hay pocas expectativas de encontrar yacimientos del mismo tamaño. En este sentido, es cierto que la época del “petróleo fácil”—en la que poca actividad exploratoria resulta en enormes hallazgos que se pueden aprovechar fácilmente y con costos bajos—se terminó.

Sin embargo, los optimistas apuntan a que hay oportunidades significativas de crecimiento, como se ilustra en la siguiente gráfica (Figura 3), sólo que vienen de otro tipo de recursos que, para identificarse y aprovecharse, requieren de nuevas tecnologías. Pero, sobre todo, requieren de mucha inversión, que sustente mucha actividad en regiones poco exploradas.

Figura 3
Producción de petróleo por tipo de yacimiento
(miles de barriles diarios)


Fuente: Mexico Energy Outlook. Los datos incluyen condensados y NGLs.

Por ejemplo, hoy no se produce ni un solo barril en las aguas profundas mexicanas. En 2040, el Mexico Energy Outlook de la Agencia Internacional de Energía, predice que bajo el nuevo modelo energético mexicano, las aguas profundas mexicanas producirán unos 900 mil barriles diarios, a partir de una inversión compartida de la industria de más de 200 mil millones de dólares (p. 87). Sin el nuevo modelo energético mexicano, la AIE afirma que Pemex hubiera podido producir un poco menos de la mitad (p. 109).

El patrón se repite cuando se calcula el potencial de recursos no convencionales, donde el nuevo modelo energético mexicano le da la posibilidad al país de producir más de 200 mil barriles adicionales por día; y, en una proporción menor pero igualmente significativa, en proyectos en aguas someras y campos terrestres.

En términos generales, se estima que el nuevo modelo energético mexicano representa 640 mil millones de dólares en inversiones adicionales, que se traducen, a 2040, en 1.1 millones de barriles diarios adicionales (más de la mitad de lo que hoy México produce). La Secretaría de Energía pronostica una diferencia aún más marcada: de acuerdo con sus estimaciones, la diferencia en producción entre el escenario más optimista de implementación del nuevo modelo energético mexicano y el escenario más pesimista es de 2 millones de barriles diarios.

Para que alcancemos los mejores escenarios, se tienen que cumplir varias condiciones donde la principal variable que va a determinar si México alcanza este potencial o no es la inversión, particularmente en exploración.

Hoy, sólo dos por ciento de la producción mexicana acumulada viene de yacimientos en que la producción comenzó hace menos de 25 años. En Estados Unidos, este número equivale a 7 por ciento; en Venezuela 8 y el Reino Unido 35 (AIE; p. 65) (Figura 4). Claramente, Cantarell y Ku Maloob Zaap, dos enormes éxitos que deben celebrarse, han tenido un peso enorme en nuestra actividad petrolera. Pero, como se ha sabido desde hace tiempo, hoy ya no están en condiciones de sostener el mismo nivel de producción. Para crecer, México necesita explorar con intensidad.

Hoy, México ya tiene las herramientas para trazar una nueva ruta, con nuevos éxitos—donde la exploración y la producción son capaces de sostener niveles de actividad parejos, y evolucionan de la mano.

Figura 4
Participación de campos descubiertos hace más de 25 años en producción total de petróleo (%)

Fuente: Mexico Energy Outlook, p. 65


 

Oportunidad económica

  • Aún cuando en otras partes del mundo la actividad petrolera ha renacido gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, en México ha perdido impulso en los últimos años.
  • El Nuevo Modelo Energético Mexicano traza un camino de regreso al crecimiento. Hacia 2040, la operación bajo este nuevo modelo podría aportar hasta 4 puntos porcentuales adicionales de PIB (comparado con lo que el antiguo modelo aportaría).
Para impulsar el desarrollo económico a partir de la industria petrolera, se necesitan inversiones que superan, por mucho, el record histórico de México a través de Pemex.México es un país de tradición petrolera. Desde principios del siglo XX, todos y cada uno de los presidentes mexicanos han hablado del sector petrolero como un motor del crecimiento nacional y regional.

No han estado equivocados. Por ejemplo, en 2004, cuando Cantarell y el país alcanzaron su pico de producción con 3.4 millones de barriles diarios y 4 mil 600 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, la actividad petrolera generó:

Debido a la declinación de yacimientos super-gigantes, como Cantarell y Ku Maloob Zaap, y la menor capacidad de inversión de Pemex ante un escenario de precios petroleros globales más bajos desde 2014, la actividad petrolera ha disminuido, alcanzando poco más de 2 millones de barriles diarios. En 2015, el sector petrolero, generó:

A pesar de que aún son niveles muy significativos, los números de hoy están en sus niveles mínimos en décadas (Figura 5) —no porque México ya no tenga petróleo, sino porque ya no tiene tanto petróleo descubierto, y su petróleo descubierto (reservas) requiere de grandes inversiones para poder aprovecharse.

Figura 5
Crecimiento o caída en las reservas petroleras probadas por país
(Variación porcentual 1994=0)


Fuente: Statistical review of World Energy 2015

Nota: Datos al cierre de cada año

Gracias a la creación del modelo energético mexicano, como la sección anterior explica, México ha generado una ruta para ir generando la inversión y actividad necesaria para recuperar sus niveles de producción y su papel de liderazgo en el mundo petrolero. Esta ruta permite crecer sin tener que depender solamente de la inversión del gobierno a través de los impuestos recaudados.

Este plan ya está en marcha.

Como Bancomer BBVA recientemente explicó, su éxito “dependerá mayoritariamente de la capacidad de atraer inversión privada”. En este sentido, ya hay buenas noticias. De hecho, el gobierno mexicano estima que, al momento, ya se ejercieron al menos 2 mil 500 millones de dólares en generación de nueva información geológica (ver, también, creación del Centro Nacional de Información de Hidrocarburos). Además, el total de la inversión generada tan sólo por la Ronda Uno significaría casi 50 mil millones de dólares.  Y no hay que perder de vista que al menos en los cinco años, ya están programadas al menos tres rondas más. En términos generales, se espera que, en los próximos 15 años, se ejerzan hasta 150 mil millones de dólares de inversiones adicionales.

Pero, además de sumar las inversiones que cada licitación significará (Figura 6), es muy revelador comparar lo que el modelo anterior hubiera sido capaz de generar, bajo predicciones optimistas, y lo que se espera que el nuevo modelo genere. En este sentido, el análisis de la Agencia Internacional de Energía es contundente. No haber creado el nuevo modelo energético mexicano le hubiera costado a México, en 2040, no sólo los 1.1 millones de barriles diarios que son directamente atribuibles al nuevo modelo, sino también:

El nuevo modelo energético mexicano genera las condiciones para que, décadas adelante, se pueda seguir hablando del sector petrolero como palanca de desarrollo y crecimiento.

Figura 6
Inversiones estimadas por ronda adjudicada

Ronda Contratos adjudicados Monto de inversión estimado (millones de dólares)
1.1 2 1,023
1.2 3 3,000
1.3 25 1,122
1.4 8 41,000

Fuente: Comisión Nacional de Hidrocarburos