Pemex cambió, ¿y no nos dimos cuenta?

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Mucho del comentario público de los últimos años se ha enfocado en argumentar que Pemex ha cambiado poco. Contrario a sus resultados financieros, que han mejorado durante el último año, la producción y la refinación siguen a la baja. Apenas van 3 farm outs y las alianzas para suministro de hidrógeno en refinerías, aunque muy importantes, no son tan transformadoras como algunos hubieran querido.

El descubrimiento anunciado por el pozo Ixachi-1 la semana pasada —un hito importante para Pemex y para la exploración en tierra, que había tenido resultados limitados en México en años recientes— apunta en una dirección diferente. Aunque es aledaño a una zona petrolera conocida (la famosa Faja de Oro), poder declarar comercialidad en este descubrimiento (hay que recordar que contiene, en su mayoría, gas y condensados y no crudo), implicaría revivir una zona relativamente olvidada.

Otro ejemplo: hace unos días, la CNH aprobó a Pemex perforar el primer pozo exploratorio en el presal mexicano. Se va a desarrollar en el bloque donde está Akal, parte de Cantarell –otra zona petrolera prolífica en su momento pero relativamente olvidada en términos de actividad exploratoria actual.

Esto nos puso a pensar en el portafolio de Pemex. ¿Está cambiando, empujado por los precios y apoyado por las nuevas herramientas, y no nos hemos dado cuenta? ¿Qué tan diferentes son las prioridades propuestas para 2018 respecto a la inversión en 2013?

Las respuestas son “si”… y “mucho”.

  • El proyecto de exploración en Perdido ha dejado de estar en el top 10 de inversiones de Pemex —no porque haya dejado de ser importante, sino porque la inversión compartida reduce el gasto de Pemex.
  • El top 10 de 2018, comparado con 2013, tiene 4 nuevos integrantes. Sí, esto también significa que 4 ya no están en la lista.
  • 2 activos que eran parte del top 3 en 2013 ya no lo son. Los lugares 5 y 6 en el 2013 hoy son 2 y 3 respectivamente.
  • El top 3 en 2018 concentra el 45 por ciento de la inversión. En 2013 solo concentraba el 36 por ciento.
Fuente: PEF de cada año.

 

¿Qué lleva a Pemex a esta nueva estrategia de inversiones? Aunque hay muchas explicaciones, la más relevante es la que mencionó el director general de Pemex en Tula, la semana pasada: “Pemex no va a producir por producir, sino que va a producir en las áreas que sean rentables”. Dentro de este concepto de “rentabilidad” Pemex juega con un grupo de variables que son constantes en el tiempo: capacidad de ejecución, costos de infraestructura, capacidad técnica, recursos disponibles. Pero ahora también incluye en la ecuación las herramientas de la reforma energética: asociaciones, farm outs, migraciones de las áreas, regímenes fiscales diferenciados.

La posición inigualable de Pemex como operadora en México le permite abrir nuevos frentes de desarrollo y ver la oportunidad de generar valor a través de un nuevo abanico de herramientas. En este abanico, están 3 proyectos paradigmáticos que podemos mencionar:

El Cinturón Plegado Perdido

Llegar a desarrollar aguas profundas ha sido un anhelo de Pemex desde hace más de una década. Con proyectos en distintos frentes, la empresa ha desarrollado sus capacidades de desarrollo sin las facilidades que una asociación aporta para diversificar el riesgo y compartir las inversiones. Sin embargo, el nuevo modelo energético es un paso en esa dirección que le permite a la empresa conseguir el desarrollo de las áreas sin estar sola en estos proyectos.

Antes de la reforma energética, en 2013, las inversiones en el proyecto de Perdido sumaban 7 mil 500 millones de pesos.  Para 2018, el presupuesto total apenas llega a 961 millones de pesos —87 por ciento menos. Su socio, BHP es el que está invirtiendo la mayoría de los recursos: 6 mil 600 millones de dólares en este proyecto por su participación del 60 por ciento.

Pemex se está diversificando en aguas profundas. En su presupuesto para 2018, el proyecto Cinturón Subsalino (adyacente a la zona de Perdido en el Golfo de México Norte) espera una asignación presupuestal de 3 mil 257 millones de pesos. Aunque sigue siendo una fracción de Perdido en 2013, es muestra de una continuidad de operaciones en una zona de frontera tecnológica.

Presal de Akal

La evaluación del presal mexicano es el frente más nuevo que Pemex está abriendo en su portafolio de proyectos. El referente más cercano de yacimientos similares está en Brasil. Las primeras cuencas subsalinas fueron descubiertas en 2006 y, en 8 años, alcanzó una producción de 520 mil barriles diarios de hidrocarburos. Este proyecto ha sido motivo de desarrollo de la industria petrolera nacional.

Recientemente la CNH autorizó a Pemex la perforación del primer pozo en aguas someras (52 metros de profundidad en el tirante de agua) que tendrá una longitud total de 7 mil 800. Lo que hace especial a este pozo es que por primera vez Pemex se enfrentará al reto de atravesar un depósito de sal de 500 metros de grosor para confirmar la existencia de un yacimiento. El costo del pozo es de 128 millones de dólares.

La entrada de Pemex a un área como ésta, refleja el interés que hay por continuar la apuesta en proyectos que representan una frontera tecnológica. Aunque en nuestro artículo “Ahora sí, la entrada al presal mexicano” hacemos un análisis más a fondo sobre las ventajas y retos de México para desarrollar campos con estas características, es necesario resaltar que el país cuenta con varios puntos a favor, como el amplio conocimiento que hay del bloque donde se va a desarrollar el pozo (en el área se encuentran los campos más prolíficos del país como Akal, Abkatún, Sihil, Ku, Caan, Ixtoc, Ixtal, Manik, entre otros) y la suficiencia de infraestructura de transporte y almacenamiento de hidrocarburos.

Reviviendo la Faja de Oro

El tercer ejemplo de desarrollo vanguardista en Pemex es el descubrimiento que se anunció el viernes pasado en el pozo Ixachi-1. Aún se deben realizar los análisis para incorporar sus reservas y llevarlo a producción. Pero este hallazgo representa el interés de Pemex por mantener sus actividades en tierra. El pozo está ubicado cerca de la región conocida como Faja de Oro, históricamente prolífica en su momento.

Ixachi-1 representa la búsqueda de nuevos yacimientos en una pluralidad de proyectos en su cartera que no sólo están ubicados en ‘zonas frontera’ pues dentro de zonas ya desarrolladas, es posible encontrar nuevas oportunidades cuando se tiene la flexibilidad necesaria para desarrollarlos.

***

El rebalanceo de prioridades es el primer paso para cambiar. ¿Será tan rápido como se necesita? ¿Las nuevas prioridades de inversión darán mejores resultados que los anteriores?

Estas preguntas sólo se podrán contestar con el tiempo.

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2 comentarios

    1. Hola Dionisio, buenas tardes. Gracias por tu comentario. Estamos ocupando la información de Pemex, pero cualquier otra que aporte al tema es bienvenida para la discusión. Estamos a tus órdenes.

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